El tamaño importa. También en las relaciones entre Administraciones . El pez grande se come al pequeño.
En el caso de Balears, salimos perjudicados en el sistema de financiación autonómica tal y como está definido, puesto que, en media, aportamos más a las arcas centrales de lo que recibimos.
El paralelismo con lo que ha ocurrido en el reparto de fondos obtenidos de la ecotasa es evidente. El Ente de mayor tamaño recauda y distribuye. En la selección de proyectos a financiar con los primeros 30 millones de euros recaudados, el Govern se ha portado con los Ayuntamientos mucho peor que Madrid con las Comunidades Autónomas. Si “Madrid ens roba”, porque de media da menos a los baleares de lo que aportamos, en lo que a la ecotasa se refiere, el “Govern ens atraca” porque, desde el punto municipal, no nos da nada cuando, como municipio, todos hemos aportado tras haber recaudado.
El esfuerzo de los Ayuntamientos no se ha visto compensado en nada. Cero. Ni un solo proyecto de los solicitados ha obtenido financiación. De los 46 proyectos aprobados del total presentados, un 85% son del Govern. Con un par. Sin inmutarse. La cara que se les ha quedado a los Ayuntamientos es de incredulidad e indignación, máxime cuando se les había dado esperanzas. Y con razón.
La ley 40/2015 de Régimen Jurídico del Sector Público señala que las Administraciones Públicas deben respetar, entre otros, los principios de colaboración entre ellas y la lealtad institucional. En este caso, la actuación del Govern no parece haber sido muy leal ni haber colaborado con la administración municipal.
Para ganar una plaza de trabajo en la Administración y, por tanto, obtener un dinero en forma de salario, se debe pasar por un proceso que siga los principios de igualdad, mérito y capacidad. Para obtener el dinero generado por la ecotasa, el Govern no ha atendido a razones ni de igualdad ni de capacidad y mucho menos de mérito. Mérito es del que merece y Palma merece recibir mucho, porque genera el 40% del PIB balear, porque es la vía de entrada de los turistas y cruceristas y porque sufre el colapso de sus calles durante el verano.
Estoy totalmente de acuerdo y comprendo el enfado de José Hila, alcalde de Palma, cuando señala que la capital balear realiza un gran esfuerzo en la captación de fondos de la ecotasa y se merece algo más que el ninguneo que ha recibido, por los suyos, dicho sea de paso. ¡Bien, Jose!
Por lo visto, no es el primer desaire recibido de parte de su compañera de partido, Francina Armengol. Conviene recordar que José Hila dio su apoyo a Aina Calvo en las primarias autonómicas que acabó ganando la actual presidenta. En las primarias de Palma ganó Hila, apoyado por Aina Calvo ante Ramón Socías, apoyado por Armengol. ¿Tendrán algo que ver los últimos “castigos financieros” a Palma con este enfrentamiento entre ambos? Me refiero a la ecotasa y a la ley de capitalidad.
La persecución y el ninguneo del Consolat a los inquilinos de Cort, aun siendo del mismo partido político, ya lo vivimos la legislatura pasada aunque de forma mucho más explícita y notoria. Estoy convencido de que a Bauzá le pesó mucho, a la hora de perder las elecciones, su enfrentamiento con Isern. Que Armengol tome nota. Palma no se merece este trato.
No vale decir que algunos de los proyectos del Govern tienen que ver de manera indirecta con los municipios. Lo que vale es la “pela”. Cuando se dice que Madrid se queda nuestro dinero y nos roba, no se tiene en cuenta el dinero invertido en infraestructuras públicas en Balears como los puertos de Balears o el aeropuerto. Tampoco se miran los préstamos a tipos de interés subvencionado por el Estado para mejorar la liquidez autonómica ni tampoco el hecho de subvencionar el 50% del billete de los aviones a los residentes de Balears. Solo se cuenta el dinero que llega a la cuenta corriente de la Comunidad. El que llega en efectivo, no en especie. Por eso, en el caso de la aplicación de la ecotasa se mira el dinero que paga los proyectos presentados. El que debería haber llegado a la cuenta corriente de los Ayuntamientos.
Cuando va a Madrid, Armengol reclama (¡y bien que hace!) un merecido y mejor sistema de financiación para Balears y tilda de injusto el actual. Pero una cosa es predicar y otra dar trigo. A la hora de destinar una bolsa de 30 millones de euros, de nueva creación, el Govern se ha quedado el 85% de los proyectos y el resto lo ha dado a los distintos Consells pero ni un euro a los Ayuntamientos. S’ase li diu al porc orellut.
La ecotasa no está exenta de polémica, desde su creación hasta su distribución, pasando por su recaudación. En este primer reparto se ha ninguneado a los Ayuntamientos y ha puesto de acuerdo a la patronal y grupos ecologistas, aunque sea para rechazarla. Todo un logro. Bien merecen los Ayuntamientos y, por extensión, las Mancomunidades ser oídas (y financiadas) en la próxima ronda.