Según la RAE, ‘estar en Babia’ significa “estar distraído y como ajeno a aquello de que se trata”. Una expresión que todos hemos utilizado en incontables ocasiones: “Estás en Babia”. Babia, por cierto, es una comarca leonesa que está al límite con Asturias. Cuando se preguntaba por los reyes de León, se solía decir que estaban en Babia (la comarca) cazando, ya que su fauna era variada y abundante. En Babia=distraído.
El gobierno de Pedro Sánchez parece haberse instalado permanentemente en Babia, y tenemos pruebas muy evidentes en las últimas semanas.
La ministra de Turismo, Reyes Maroto, es una de las inquilinas de la sucursal gubernamental en Babia. El martes, en una entrevista en una televisión nacional, se atrevió a decir que “Reino Unido nos dará una buena noticia el jueves, estoy segura”. Se refería a un hipotético pase de Baleares y Canarias del ámbar al verde en el semáforo británico que decide a qué destinos permitirán viajar a sus ciudadanos.
El jueves llegó el mazazo para la industria turística de las islas al anunciar el gobierno de Boris Johnson que dejaba a todo el territorio español frente a la luz ámbar.
¿Tan poca información tienen nuestros gobernantes de lo que pasa en el Reino Unido? ¿Tan poco conscientes son gobierno y Govern de la trascendencia de lo que se cuece allí? De la decisión británica nos enteramos como de las votaciones de Eurovisión. En directo y al mismo tiempo que todo el mundo.
Visto lo visto, uno se pregunta quién ha sido el fenómeno que ha estado negociando con los británicos estas últimas semanas, si hemos ejercido presión alguna, o si hemos movilizado a los ‘lobbies’ que se mueven como nadie en estos casos. Si lo del turismo británico (19 millones cada año) es fundamental, parece que el gobierno no lo ha considerado tan prioritario.
Hace meses que, con la excusa de salvar la temporada, gobierno y Govern nos han ido aplastando a base de restricciones que han llevado a la ruina a mucha gente. Sin embargo, desde febrero, España no tiene nombrado nuevo embajador en el Reino Unido. Un embajador español en un país desarrollado y próximo como el Reino Unido podría haber realizado un muy buen trabajo en este sentido. Seguimos sin embajador, y en Babia.
En Babia ha estado la diplomacia del gobierno español en el conflicto con Marruecos. Se enteró del salto masivo a la frontera de Ceuta cuando 10.000 personas ya estaban haciendo cola. La ministra de Exteriores, otra inquilina de la delegación de la Moncloa en Babia.
La ministra de Sanidad es la tercera inquilina de dicha delegación. Lleva semanas recomendando a los ciudadanos que se pusieron la primera vacuna con AstraZeneca que no repitan. Que se pongan Pfizer. Nada. El 95% ignora la recomendación del gobierno.
Cuando la ciudadanía (los votantes) hacen en masa lo contrario de lo que sugiere el gobierno, éste debería plantearse qué pasaría si mañana hubiera elecciones. Es un claro síntoma. Todo el gobierno, en Babia. O eso, o son muy malos.