Tres hechos y una misma vara de medir. 1º) En la Jornada por el día mundial del Ictus que se celebró en el Hospital Son Espases de Baleares, tuvo lugar un coloquio con el título “Soy mujer, el ictus me afecta”. Con unos 2600 ingresos en la comunidad, la mayoría hombres, ¿Por qué centrarse sólo en la mujer? Es francamente discriminatorio. 2º) El Conseller de Agricultura y Medio Ambiente balear, Biel Company, fue acusado por el partido socialista de sexista por pedir un besito a la diputada Pilar Costa si al final las prospecciones petrolíferas en la costa balear son negativas. Su comentario pudo ser desafortunado pero tampoco es tan grave. Es como decir, me merezco un gesto amable si consigo parar este despropósito. 3º) La denuncia de MES a una conocida tienda de ropa por un cartel presuntamente sexista, mostrando a unos adolescentes que en su juego parecen estar tirando o rescatando (no se sabe bien) a una compañera en un cesto callejero de basura. A juzgar por lo que ella se ríe no parece estar sufriendo maltrato o abuso. La feminista Fina Santiago se preguntaba “¿Qué pasaría si en vez de una mujer fuera un político o un personaje público?” ¿Qué es lo que teme? ¿Qué la tiren a ella o la rescaten?
Definitivamente el feminismo de género, movimiento ideológico que intenta conseguir poder económico y político, interpreta de modo extremista todo lo que pasa. Ve fantasmas donde no los hay e induce un pensamiento de discriminación de género erróneo. Es hora de mirar desde otro punto de vista