La decisión del Consell de Mallorca de declarar en 2007 como Bien Catalogado el emblemático edificio proyectado en la fachada marítima por el célebre arquitecto mallorquín Josep Ferragut (1912-1968), fue una decisión ajustada a derecho. Así lo ha sentenciado la Sala de lo contencioso administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Baleares (TSJB), la más alta instancia judicial en el territorio de nuestra Comunidad Autónoma y ante la cual no cabe recurso alguno. Se zanja así una polémica que se ha alargado en el tiempo a raíz de la estimación del recurso que interpuso el promotor inmobiliario y ex presidente del FC Barcelona, José Luis Núñez, contra dicha declaración. Estimación que se basó en el análisis de las conclusiones de un dictamen pericial aportado por Núñez.
El TSJB encargó un dictamen pericial independiente a la Escuela de Arquitectura de la Universidad Politécnica de Madrid. En él queda suficientemente probado con profusión de datos que el edificio en cuestión es “el mejor ejemplo, en el ámbito de las Islas Baleares, de la modernidad arquitectónica que definió los edificios en muro cortina de los años 60 y 70”. Más allá de la lega opinión de cada cual, el peritaje independiente concluye que el edificio Gesa “es merecedor de ser un Bien de Interés Cultural (BIC), un magnífico Monumento de la Arquitectura Moderna de las Islas Baleares”, esto es un grado de protección aún mayor del otorgado por el Consell de Mallorca en 2007.
Sin embargo, la protección del edificio Gesa chocó frontalmente con los intereses de José Luis Núñez, quien había adquirido el solar para edificar tres bloques de pisos de lujo de hasta 7 alturas. Ya se lo advirtió el entonces presidente del Govern Jaume Matas a la presidenta del Consell, Maria Antònia Munar, “Núñez es un mal enemigo”. Y efectivamente lo fue porque el 22 de febrero de 2007, tan solo 7 días después de que la Comisión Insular de Urbanismo aprobase la declaración de Bien Catalogado, Núñez presentó una querella criminal por el concurso de Can Domenge, cuya adjudicación se había producido en el pleno del Consell el día 16 de junio anterior. Núñez no denunció nunca en Can Domenge mas que cuando se protegió el edificio Gesa. Allí es donde estaban sus intereses y su negocio. Y como represalia por los obstáculos a sus planes edificatorios, Núñez acabó denunciando a la cúpula del Consell de Mallorca con Munar a la cabeza.
Ahora podemos afirmar que si Maria Antònia Munar se hubiese alineado con el PP para derribar el edificio Gesa, plegándose a la voluntad de Núñez, no hubiese habido caso Can Domenge y muy posiblemente ella no estaría ahora mismo en la cárcel. Entonces, el teniente de alcalde de Urbanismo, Javier Rodrigo de Santos, acusó de corrupto a todo el Consell de Mallorca por proteger el emblemático inmueble. Ahora el TSJB certifica que el edificio Gesa está bien protegido. No hubo infracción procedimental alguna, ni hubo desviación de poder ni fines distintos a los intereses públicos. Los que durante años han afirmado que Munar se vengó de Núñez protegiendo Gesa, ignoran deliberadamente tanto la cronología del caso como que fue la Junta del Colegio Oficial de Arquitectos de Baleares (COAIB) quien solicitó al Consell en octubre de 2004 que se protegiese el edificio, ante la declarada intención de José Luis Núñez de derribarlo. La protección de Gesa fue y es legal. Si Munar hubiese hecho lo que le exigían Núñez y el PP ahora este inmueble no existiría. En su lugar habría pisos de lujo, Núñez sería mucho más rico y todos felices y contentos. Pero el patrimonio artístico habría sufrido un menoscabo enorme, aunque eso parezca no importar a algunos.
Ahora corresponde al Ayuntamiento de Palma diseñar un plan de usos del inmueble y frenar en lo posible el deterioro por abandono de esta magnífica obra arquitectónica, tan denostada por quienes no saben nada de arquitectura y tan estimada por quienes saben apreciar que se trata de un dignísimo exponente del “Internacional Style” o “Movimiento Moderno” y, por tanto, un atractivo turístico de primer orden.