El mensaje de Navidad que cada Nochebuena dirige S.M. el Rey a todos los españoles a través de la radio y la televisión ha levantado este año especial expectación. Se trata del primero que pronuncia Felipe VI tras la abdicación de su padre Juan Carlos I el día 19 de junio del año que corre, después de 39 años de reinado.
Durante su proclamación ante las Cortes Generales, Felipe VI reivindicó encarnar una Monarquía renovada para un nuevo tiempo. Tras 6 meses de reinado, tanto él como la Reina Letizia han impregnado a la Casa del Rey un funcionamiento más dinámico, moderno, abierto y transparente. Conscientes de la pérdida de apoyo popular sufrida por la Corona en los últimos años, han buscado la renovación de las formas y aumentar la proximidad con los ciudadanos. Y lo han hecho bien, porque han logrado mejorar la valoración de los españoles según encuestas que han sido publicadas en diversos medios, tanto en la percepción de la actividad institucional de los miembros de la Familia Real como en la cercanía con la sociedad.
Sin embargo, la prueba de fuego era saber qué diría el Rey a los españoles en su primer Mensaje de Navidad y solo dos días después de que un juez de instrucción haya acordado abrir juicio oral a su hermana menor, S.A.R. la infanta Cristina y a su marido, Iñaki Urdangarin. El duque de Palma es acusado por el Ministerio Público y por las acusaciones particulares y popular de delitos muy graves, tales como tráfico de influencias, malversación, prevaricación, fraude, estafa, falsedad, delito fiscal y blanqueo de capitales, para los que se piden 19 años y medio de cárcel. La infanta no es acusada por la Fiscalía ni por las acusaciones particulares, pero sí por la acusación popular, que le imputa la comisión como cooperadora necesaria de dos delitos fiscales en los ejercicios 2007 y 2008, y pide una pena de 8 años de prisión.
En su mensaje de proclamación el Rey aseguró que la Corona debe velar por la dignidad de la institución, preservar su prestigio y observar una conducta íntegra, honesta y transparente. ¿Es ello compatible con la permanencia en el 6º puesto de sucesión al trono de una infanta de España que será juzgada el año 2015 en la Audiencia Provincial de Palma? Parece obvio que no. De ahí que las palabras del Rey fueran muy esperadas, quizás más que nunca.
Sin embargo no pronunció mas que generalidades sin aludir a su hermana y a su cuñado. Como era de esperar, se mostró firme al afirmar que hay que "cortar la corrupción de raíz y sin contemplaciones", pero perdió una magnífica oportunidad de ir más allá de lo que fue su padre en esta cuestión.
La recuperación económica y el paro, además del proceso soberanista en Catalunya, centraron también su discurso que fue acertado y correcto, pero se esperaba más del nuevo monarca.