El miedo es lo contrario de la valentía, que consiste en dominarlo y no en dejar de sentirlo. Pero el miedo, el temor e incluso el pánico, son sentimientos abstractos nacidos de la inseguridad. Nos asusta lo desconocido, aquello que nos puede pasar y no somos capaces de medir y esa sensación tanto nos la causa un agente externo, algo o alguien que nos pude dañar, como nosotros mismos debido a una fragilidad congénita o puntual, física o psicológica.
La campaña de socios lanzada por el Mallorca, “amb tu ferem por”, es hija del infortunio y la falta de imaginación y mensaje. No dice nada, más allá de lo que, pretenciosamente, pretende significar. “Por” ¿a quién?. ¿A los equipos contrarios alarmados porque se reúnan diez mil almas a lo sumo en un campo rodeado de pistas de atletismo, salvo por uno de los fondos que no se llena y en el que doscientos “supporters” cantan himnos y enarbolan banderas? o, peor aún, ¿“Por” a nosotros mismos como prolongación del terror que nos ha causado el club y, por ende, el pírrico plantel de técnicos y jugadores que han cerrado el ejercicio a un simple paso del descenso”.
Ya hace muchos años, allá por la década de los sesenta, el cómico Xesc Forteza declamaba un monólogo titulado “El dimoni ja no fa por a ningú”. Desde luego a nadie que venga de fuera, ni siquiera a los árbitros que, afortunadamente y en su mayoría, se manejan bien protegidos y más en el estadio de Son Moix. Eso de “acojonar” a los rivales está más pasado de moda que las canciones veraniegas de Georgie Dann y por lo que respecta a la afición mallorquinista, la de verdad, ya bastante “acojonada” la han dejado con lo que ha tenido que ver y padecer a lo largo de estos últimos años.
Maheta Molango debería repensar la continuidad de este ideólogo carente de imaginación capaz de creer en “slogans” como el presente o el tristemente famoso “I tú, ¿puges?”. Y si necesita un sustituto, yo mismo le puedo recomendar a uno de los creativos que el club dejó escapar en el pasado reciente.
