El Consell de Mallorca ha lanzado esta semana su última bomba mediática: internalizará el servicio de la ITV y con ello reducirá un 30% las tarifas. Como bomba no está mal. Se hablará de ello mucho tiempo y estaremos entretenidos con el asunto. Particularmente, creo que nuestros ojos no verán este anuncio convertido en una realidad.
Al margen de la bondad de las intenciones, pronto se generará un conflicto de muy difícil solución. El Consell aún no ha explicado como piensa subrogarse a los más de 100 empleados con que cuenta la empresa concesionaria del servicio. Sí ha dicho que se los va a quedar a todos pero no ha explicado qué estatus tendrán dentro de la administración.
Esta 'jugada' ya la vivimos en las islas hace varios años cuando en 2008 IB3 dejó caer que para internalizar los informativos del Ente Público se subrogaría a los redactores. La pregunta volvió a ser la misma: ¿como funcionarios, como personal laboral de la Administración?. Todo fueron problemas -además de los presupuestarios y de convicción política- para plantearse el asunto en serio.
Ahora vuelve el problema. ¿Los trabajadores de la ITV pasarán a ser funcionarios? ¿Sin concurso?.
Es cierto que el Consell tiene un precendente a favor. Su penúltima bomba mediática, la de rescatar la concesión del Túnel de Sóller, se hará realidad. Lo de la ITV no es tan sencillo.
Mejor será que dediquen esfuerzos a salir del lío de los colapsos de tráfico en los grandes reclamos turísticos de la isla, y que lo solucionen con sentido común. Contentarán a más gente.