el costurero | gema muñoz

¿Madre tigre o madre gatito?

Es sábado, doce de medio día, riadas de familias pasean por los grandes almacenes, niños de todas las edades van con sus padres, algunos tranquilamente mirando estanterías,  otros no conocen la palabra tranquilidad, hay criaturas que simplemente han convertido en una pista de atletismo los pasillos de la tienda, sudorosos padres corren tras ellos sin conseguir pararles, de nada sirve llamarles por su nombre, gritarles que les van a abandonar, o esconderse detrás de los abrigos para asustarles. La disciplina “made in Spain” no funciona o lo que es lo mismo las madres gatito están desbordadas.

No quiero generalizar diciendo que todos los niños son iguales, pero si es cierto que la educación de algunos de ellos dista mucho de ser la apropiada para convivir en sociedad, un porcentaje nada despreciable parecen sacados de una película de terror, en casa o fuera de ella se transforman en pequeños “chuckys”  incontrolables.

Sin embargo hay otros países donde el problema no son los niños indisciplinados sino los padres exagerados, con estupor hemos leído la noticia de como un padre chino castigó a su pequeña por desordenar la casa  con seis horas de ejercicio físico,  lo que le provocó la muerte en pocas horas.

Los chinos tienen una particular visión de la educación, Amy Chua profesora de Derecho de Yale y madre de dos hijas adolescentes  autora del libro -Himno de batalla de la madre tigre- sorprendía a la sociedad de todo el mundo con sus teorías sobre la disciplina, donde la base del tipo de educación que promulga es criarlos en la excelencia y la tenacidad. Según la estricta  doctrina de la Sra. Chua, los niños no pueden ver  televisión, jugar al ordenador o participar en actos lúdicos como fiestas u obras de teatro del colegio. En la educación “made in China” la madre tigre convierte a su hijo en su mayor prioridad los hijos son el proyecto más importante de su vida, tanto o más que desempeñar una carrera profesional.

Dicen algunos estudios que la educación es cuestión de nacionalidad,  una norteamericana afincada en París Pamela Druckerman después de observar detenidamente a las familias francesas, llegó a la conclusión de que la educación “made in France”  tiene secretos que realmente funcionan, estos secretos los reveló en un libro convertido en líder de ventas, en él  comparte las claves del tipo de pedagogía que siguen en Francia, en la que no hay grandes misterios simplemente se trata de enseñar a los niños a esperar y cultivar la paciencia, no ceder ante los caprichos o rabietas y alimentarlos de forma sana para que descansen como corresponde.  De esta manera según la autora han conseguido una sociedad con bebés dormilones, sanos  y con padres relajados. Lejos de los niños que vemos en supernanny.

Una frase que me llama la atención del libro de Pamela Druckerman dice “los padres galos quieren a sus hijos igual que cualquiera, les leen libros, les llevan a museos o a clases de tenis, pero estar siempre al servicio del niño no forma parte del acuerdo”. Si algunos padres españoles tomaran ejemplo no habría tantos divorcios ni tanto niño fuera de control. Tener hijos es maravilloso pero no dejamos de existir como personas, de ser hombres, mujeres o pareja  al convertirnos en padres.

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