Dos años es lo que tardará la carretera general, en su tramo entre Maó y Alaior, en tener su aspecto definitivo. Ésta es la estimación que maneja el Consell para la creación de un nuevo proyecto, su licitación y su posterior ejecución.
El dato, que se dió a conocer en la reunión de alcaldes celebrada este jueves en Es Castell, no gustó especialmente a la alcaldesa de Alaior, Misericordia Sugrañes, quien afirmó "que el plazo de dos años que maneja el Consell para poder elaborar un nuevo proyecto, licitarlo y ejecutarlo afectará negativamente al turismo, porque implica mantener la imagen de una zona que está permanentemente en obras durante dos temporadas turísticas." La alcaldesa de Alaior considera que ésta no es precisamente la imagen que debe transmitir "un destino turístico que, además, presume de ser una Reserva de la Biosfera."
Sugrañes lamentó también que la paralización de dicho proyecto implica "una pérdida de seguridad en la circulación viaria en todo el tramo de carretera, un hecho que afecta principalmente a los vecinos de Alaior que deben desplazarse hasta Maó diariamente para ir al trabajo o por otros motivos."
Cabe recordar que el pasado lunes el Consell llegó a un acuerdo con la UTE Dragados-Antonio Gomila para rescindir el contrato de ejecución del antiguo proyecto de mejora de la carretera y que, en el plazo máximo de un mes, la empresa deberá sustituir todas las medidas de seguridad provisionales por otras de carácter definitivo.
Finalmente, Sugrañes pidió al Consell que se tenga informado al Ayuntamiento sobre las modificaciones que pretendan llevar a cabo y, a su vez, que el Consistorio pueda dar su opinión al respecto. Dicha solicitud viene motivada por la existencia de muchos caminos en el término municipal de Alaior que tienen su acceso desde la carretera general.
