La humanidad está viviendo una semana muy triste. Trágica para Ucrania y los ucranianos. Penosa para el propio pueblo ruso, también víctima de la dictatura y de las ambiciones imperialistas de Putin. Ha vuelto la guerra en Europa.
La muerte de inocentes, la destrucción de infraestructuras y la falta de recursos básicos afecta al día a día de un pueblo. Condiciona el de todo un continente. El peligro de un desastre nuclear como el que se vivió en Chernóbil ha vuelto a tomar forma.
La trascendencia y el dolor que provoca la guerra provocada por la invasión rusa de la exrepública soviética de Ucrania eclipsa el resto de información.
En este contexto, han pasado bastante desapercibidos, los audios atribuidos a una reunión, datada en 2015, entre Villarejo, Dolores Delgado y el exjuez Baltasar Garzón en la que el excomisario, aparentemente, los vincula, a los tres, en integrantes de un clan; o lo que es lo mismo, constituidos como grupo comparten desde la lealtad objetivos comunes. Se puede oír que “todos los cometidos son piezas de un mismo engranaje. Para que los engranajes funcionen a veces a algunos nos toca estar en un sitio a otros en otro. Ilustra, en las grabaciones publicadas por LD, para quien lo quiera oír, que su actividad corresponde a los aspectos “underground” del clan.
Para el insomnio. Es difícil que los españoles podamos dormir tranquilos. El repaso de Ayuso a Iglesias le dejó fuera de la política activa y facilitó conciliar el sueño limitando las acciones de gobierno radicales; sin embargo, por lo que se ve, no es el único que se encarga de tomar decisiones que impiden el sueño reparador y dormir tranquilos a los españoles
Hemos conocido que la exdiputada del PSOE, ex ministra del Gobierno de Sánchez y actual fiscal general del Estado, con capacidad para influir en el horizonte penal de políticos de otras formaciones y del gobierno de España, al parecer, comparte clan con un juez expulsado de la carrera judicial por prevaricación y con un policía acusado de muy graves delitos de estado. En razonable que los propios fiscales exijan la dimisión de Dolores Delgado por sus "erráticas y sectarias actuaciones" que devalúan la calidad de nuestra democracia. Es sensato que afirmen que provoca "un grave daño al prestigio del Ministerio Fiscal" y que su permanencia en el cargo es "incompatible con la imparcialidad y los principios constitucionales que rigen" en la institución. Abríguense y que pasen un buen finde.
