El caso del ébola en Internet
viernes 10 de octubre de 2014, 19:05h
Madrid vive la incerteza del ébola a raíz del cúmulo de errores producidos por el Ministerio de Sanidad desde la llegada del misionero García Viejo a la capital hasta el internamiento precipitado de numerosas personas tras saberse de forma tardía y poco planificada que una auxiliar de enfermera se había contagiado.
Este sobresalto cogió a contrapié a la ministra Ana Mato, que tampoco ha sabido reaccionar con agilidad en los acontecimientos posteriores. El resultado ha sido que al Gobierno Rajoy se le ha creado un problema de grandes dimensiones, con una reacción social enorme, que no ha podido controlar del todo hasta ahora.
Un factor clave ha entrado en liza: las redes sociales. Cuando el marido de la auxiliar introdujo en su Facebook la petición de que no matasen a su perro Excalibur, la reacción fue inmensa en toda España. El Gobierno comprobó en carne propia la enorme dificultad que suponía reconducir la situación. Ls redes han expandido centenares de miles de opiniones, creando un movimiento social enrome.
Y todo por el hecho de una sola persona infectada y atendida a destiempo. De esta forma, Internet se ha convertido en un inmensa cámara parlamentaria de base que se ha situado incluso por encima de la psicosis del ébola y se ha transformado en un motor capaz, incluso, de condicionar los pasos que pueda ir dando el Gobierno.
Este caso del ébola nos demuestra, una vez más, lo que supone la irrupción de las nuevas tecnologías en el comportamiento del tejido social, ya mucho más autoconsciente de su fuerza que nunca. La consecuencia es que ya vivimos plenamente en el Tercer Milenio.
Y los políticos o líderes sociales que sigan pensando o moviéndose a la antigua, creyendo aún que el oscurantismo o el secretismo pueden mitigar problemas, han quedado fuera de tiempo y de lugar. Internet es un motor social fantástico a partir del cual se hace imparable luz de la verdad y el arrinconamiento de la manipulación al servicio de intereses partidistas o particulares .
Es evidente que el problema del ébola generado en Madrid acabará por resolverse, pero el Ministerio de Sanidad y su titular Ana Mato han comprobado de forma fehaciente que con dudas, medias verdades y manipulaciones ya no se va a ningún sitio. Nada escapa al poder colectivo y en consecuencia al juicio de la Red. Ni siquiera una urgente decisión política y técnica sobre la vida de un perro potencialmente contagiable puede tomarse a espaldas de la sociedad. Ni algo antes tan simple puede quedar al margen del conocimiento general.
Estamos en una nueva era. Y quien no lo vea es que ha quedado mentalmente anclado muy atrás, en el ya superado Segundo Milenio.