www.mallorcadiario.com

El año del milagro

sábado 10 de mayo de 2014, 08:22h

Escucha la noticia

Titulares autocomplacientes como que el Hospital Son Espases, ha “disminuido el 30% el número de pacientes en lista de espera quirúrgica” o que “el Joan March incrementa su actividad asistencial un 69% en nueve meses” del año 2013, se escapan de cualquier lógica asistencial. Contrastan con la prudencia que caracteriza al gestor sensato y experimentado. Además, observamos que la actividad hecha pública es equivalente a la realizada en cualquiera de los años precedentes desde hace una década. Lo verdaderamente noticiable es que la deriva directiva del bienio 2011-2012 provocó unos nefastos resultados asistenciales. El 2013 ha servido para iniciar la senda de la recuperación. Lo demás y no es el caso, sería un acto de fe, fruto de un milagro.

Para ello, deberíamos aceptar, en primer lugar, que el actual equipo directivo de Son Espases realiza una mejor gestión que el que le precedió, cosa radicalmente falsa. En segundo lugar, el responsable del Hospital Joan March en el año 2012, con una demanda sociosanitaria disparada y no atendida, realizando un 30% de su actividad potencial, solo puede tener un destino, el cese fulminante. No hay peor injusticia, ni mayor fuente de despilfarro, que la utilización ineficiente de los recursos públicos dirigidos a los más necesitados.

El 2013 se ha comportado como un año más bien malo para la mayoría de los ciudadanos. La normalización de alguna de las actividades asistenciales de la consejería dice mucho en favor de la gerencia del servicio de salud y de su responsable asistencial. Han facilitado la recuperación de la actividad perdida, en una situación económica difícil, en un escenario tormentoso, de continuos cambios y un clima laboral muy deteriorado.

Sin embargo, informaciones triunfalistas, irritan a los ciudadanos que continúan sufriendo las consecuencias de las mayores demoras asistenciales de este siglo. Tampoco es de recibo que se realicen notas de prensa, de marcada orientación publicitaria, incluyendo una actividad sanitaria que luego no puede ser contrastada en memorias técnicas y públicas.

El verdadero milagro, probablemente, radica en algo tan sencillo como haber prescindido, -no se engañen, previa indemnización-, de lo que fue una apuesta por directivos, para unos visionarios, para otros sencillamente que “tenían visiones”, pero en cualquier caso dedicados en cuerpo y alma a enrarecer el clima profesional y a mantener la información sanitaria en la sección de escándalos y sucesos.
¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (0)    No(0)

+
1 comentarios