Como a la hora de acabar este artículo únicamente se puede decir que parece que en Cataluña va a crecer Convergí¨ncia, mejor hablemos de otra cosa: de El País. El que fuera el diario de cabecera de la izquierda española, siempre antiyanki; el que fuera símbolo de lucha contra el modelo burgués, economicista de Estados Unidos; el que fuera el medio de comunicación más duro con el estilo de vida importado de Estados Unidos, ora jaleando a Francia, ora a cualquier mequetrefe latinoamericano, ora a Zapatero, ha pasado a estar en manos de uno de esos fondos americanos que, al final, es propiedad de los jubilados multimillonarios que votaban a Bush. En efecto, desde hoy, el primer periódico de España, la primera radio de este país y todo el aparato que les rodea, es de titularidad americana, pero no de la inexistente izquierda de aquel país, sino de un símbolo puro del 'Tea Party', para paradoja de paradojas. Algo nos debería indicar que alguien iba de boquilla en sus proclamas.
