La lluvia ha amenazado hasta el último minuto, pero finalmente los engalanados exteriores del edificio corporativo de Sol Meliá en el Polígono de Son Castelló han podido acoger esta mañana sin sobresaltos la gran fiesta de la compañía mallorquina. El doble objetivo, celebrar su 55 aniversario y presentar su nueva marca corporativa: Meliá Hotels International, que sustituye a la mítica Sol Meliá, que desde 1956 ha popularizado Mallorca en todo el mundo. Un acto al que sus organizadores han querido dar un carácter íntimo: ni representantes políticos ni ninguna de las ilustres familias de la competencia: tan solo empleados de las oficinas corporativas, los más de 400 que conocen al detalle el día a día de la empresa, y representantes de los medios de comunicación de Mallorca para dar cumplido testimonio de la cita histórica. La fiesta ha empezado a la hora prevista, las 9,15, cuando la música y el servicio de catering que comenzaba a aprovisionar las mesas atraían la atención de los muchos conductores que a esa hora transitaban por la atestada calle Gremio Toneleros. Para entonces ya estaba listo un pequeño espacio acordonado para los periodistas gráficos, próximo a la pequeña tarima donde se había instalado el atril de los parlamentos. Poco después y, a un gesto de los responsables de Prensa, del interior del enorme edificio de cristal azul comenzaron a salir los empleados provistos con racimos de globos grises, el color corporativo de la nueva enseña. En un ambiente alegre y lleno de flashes –quien más quien menos no renunció a inmortalizar el momento- los invitados se apostaban obedientemente siguiendo la curva por la que habitualmente acceden los coches hasta la entrada principal, hoy inutilizada para alojar el festejo. Cuando todo ya estuvo preparado, al fin poco antes de las diez aparecían sonrientes los anfitriones, Sebastián y Gabriel Escarrer Jaume –ni rastro del patriarca, Gabriel Escarrer Juliá-. Ambos iban vestidos de la misma forma: sin corbata y con el uniforme negro de la compañía, un polo de verano y un pantalón de corte sencillo, idéntico al que llevaban muchos otros empleados, y dispuestos a hacerse fotos con unos y otros. Poco antes de su llegada, un televisor conectado mediante videconferencia con la sede de la cadena en Madrid, arrojó un ruidoso saludo de quienes allí celebraban la misma fiesta, que se repitió a la misma hora en todas las oficinas que la hotelera tiene repartidas por el mundo. El saludo fue respondido con la misma efusión. Los discursos fueron breves pero intensos. Sebastián Escarrer se ocupó de repasar la historia de la empresa, desde el lejano hotel Altair de El Terreno hasta el momento presente, con más de 350 hoteles en 35 países de cuatro continentes, y de recordar los valores que han guiado el trabajo de la compañía. También se refirió a la puesta de la cadena por los mercados emergentes –“que más que emergentes son ya emergidos”, dijo. Su hermano Gabriel habló del futuro y de la proyección internacional que persigue Meliá Hotels International, y no dudó en calificar esta crisis como la más importante que ha sufrido el sector turístico en toda su historia "pero de la que ya estamos en la recta de salida". Y tras los aplausos, el momento central: la descubierta del monolito conmemorativo que se alzaba tras el atril con la nueva enseña, y una enorme oleada de globos al aire sancionando el momento para la posteridad. Luego los anfitriones han soplado las dos velas de la sencilla tarta, que por todo adorno lucía el número 55, ayudados por Joan Vives, vicepresidente honorario. Después, la ineludible reunión en tono distendido con los periodistas. ¿La ausencia de su padre en un acto tan señalado confirma el relevo generacional? Sonrisas cómplices, y más cuando se les pregunta si Escarrer Juliá accedió de buena gana a modificar la marca. “Mi padre es un hombre práctico y sabe que hay que evolucionar –explicó Sebastián-. En dos minutos estuvo convencido”. Más preguntas: ¿El futuro de la cadena está en China? “Sí, pero nunca en ciudades secundarias”, fue en esencia la respuesta. ¿Qué opinan sobre los resultados de las elecciones locales en España y del triunfo del PP? Amable respuesta por duplicado: hoy no toca, es momento de celebrar el futuro. ¿Pero es posible que la cadena se beneficie de tener representantes políticos afines a los….? Cabeceos, sonrisas, mejor hablemos del futuro. Después, a comerse la tarta y seguir hablando del porvenir, ahora ya sin cámaras y entre los suyos. En la acera de enfrente, un nutrido grupo de niños procedentes de una guardería cercana lo observan todo con atención concentrada. No se han perdido detalle. Alguien de la fiesta les saluda y ellos le devuelven otro ¡hola! ruidoso. El tercero de la jornada. Consulte la galería fotográfica de la fiesta del 55 aniversario de Meliá en preferente.com
