El máximo responsable de Thomas Cook expresó en la feria de Berlín su horror por lo que está haciendo Baleares para captar turismo, por la publicidad. ¿Tiene razón? Veamos este anuncio, publicado este mes en una revista internacional. ¿Es admisible una foto quemada, de un ciclista que parece que tuviera sólo una pierna, que no da la cara, que parece que está pasando por un calvario, en un paisaje correctillo? Así nos anunciábamos en 1910, cuando sólo teníamos el Grand Hotel y cuando la publicidad aún no había nacido. Pero la foto es, con diferencia, lo mejor del conjunto. ¿Qué me dicen de la composición? Una foto y abajo un texto, lleno de 'blanco'. Jo, genial. Pero ¿el slogan? “A different sun”. Oigan, que ahí va eso. ¿Cómo es el sol diferente de Mallorca? Pues ahí lo ven, abajo a la izquierda. Es un sol hecho con una rueda de bicicleta de la que salen unas especies de rayos. Anda, que se ha agotado el tío de la idea. Un sol y una rueda de bicicleta. Claro, son redondas, qué genial. Seguro que no se le había ocurrido nunca a nadie antes. ¿Y han visto el resultado? Fantástico: de una sutileza, de una modernidad, que trasmite la ilusión de vivir. Menos mal que el chaval que va en la bici no ve el logo porque seguro que se tira por el acantilado. Yo creo que este anuncio es el arma secreta de Turquía para hundirnos. Ellos nos pagan la publicidad, desde luego. Patético, simplemente, patético. Esto es como lo de la Opera pero al revés. También digno del juzgado de guardia.
