Spanair acaba de evitar el cierre, gracias a un crédito de urgencia dado por la Generalitat de Cataluña, para ampliar su capital permitirle sobrevivir unos meses más. 10 millones y medio de euros más para mantener una empresa privada que, a diferencia de muchas otras economías privadas de España, sí tiene el respaldo del poder público que, además, se la llevó de su sede en Palma. El dinero pretende evitar el cierre de una aerolínea que está bajo el control de la Generalitat de Cataluña desde que el anterior propietario, la sueca SAS, la vendiera sin coste alguno, a cambio de que se asuman las deudas. Spanair hizo lo que pocas otras compañías habían planteado: sentar su base en Barcelona, como un embrión de una línea aérea nacional de esta región. De hecho, el capital está nominalmente en manos de amplias capas de la sociedad catalana pero, como todo el mundo sabía, es un proyecto de la Generalitat que, finalmente, es la que ha tenido que asumir la ampliación de crédito porque los particulares no han querido saber nada. Spanair se enfrenta a varios problemas de gran importancia: por un lado, a que su mercado está siendo vapuleado por Ryanair, la compañía irlandesa que vuela a precios mucho más bajos que cualquier otra empresa debido a que tiene los costes más bajos de Europa y a Vueling que, tras unos inicios azarosos, ha logrado crear un modelo bastante competitivo y, en segundo lugar, a que su modelo ha quedado bastante en entredicho: Spanair intentó en un momento dado convertirse en una aerolínea de calidad pero sin redes internacionales que le aportaran pasajeros ha tenido dificultades para sobrevivir. Los nuevos 10 millones de euros aportados ayer se suman a los 90 millones de euros de ayudas públicas que Spanair recibió en los últimos meses a través de empresas públicas y otras empresas, según el diario Expansión. A expensas de que este derroche de dinero público se pueda justificar en Bruselas, Josep Piqué, presidente del principal competidor de Spanair, Vueling, consideró esta ayuda "injustificable" y dijo en un comunicado que considera "incomprensible esta operación". Vueling, en ese comunicado, criticó la decisión de la Generalitat porque “confirma lo que en la industria se sospechaba, la situación tan débil que tiene Spanair”. Vueling remarca que ella es “la segunda aerolínea más rentable de Europa y líder en El Prat sin ayudas”. Un hecho que les convierte, según sus palabras, en los abanderados para conseguir que el aeropuerto de Barcelona se convierta en hub. Un nuevo palo contra el gran objetivo fijado por Spanair. Vueling abrió las puertas a la presentación de acciones legales por esta alteración del mercado. Es de esperar que otras compañías aéreas se sumen a las protestas.
