Los múltiples procesos judiciales abiertos, las instrucciones, los testimonios, los avances de la fiscalía y las informaciones periodísticas dan cada día que pasa un mejor enfoque de cómo se hacían las cosas en la política balear en la legislatura 2003-2007.
La que fuera preisdenta del Consell en aquella época y el que fuera presidente del Govern están en la cárcel. Hoy no traigo nada nuevo en este sentido. Hay exconsellers y exdirectores generales en la cárcel unos y a la espera de juicio otros. Aumenta el foco.
Sin embargo, estas últimas semanas se me abren algunas llagas al conocer testimonios como los de Aina Castillo, Sergio Bertran y Rodrigo de Santos ante el fiscal Anticorrupción y que en breve supondrán la presentación de una querella por cómo se hicieron las cosas alrededor del Hospital de Son Espases. Añado a estas declaraciones la que más me ha "encendido" y que es la del exdirector general de Presupuestos del Govern de Jaume Matas. Sí, me refiero a Bernat Salvà y su "brillante" declaración ante el juez Castro en el recuperado caso "Ópera".
Ahora "casca" todo el mundo. Salvà le dijo al juez que Matas adjudicó a dedo el proyecto de la Ópera de la Bahía de Palma a Calatrava y que además "fue él el que puso el precio". Si esto es punible, que la justicia sentencie y castigue. Sin duda.
Lo que me preocupa e indigna es que el señor Salvà -al que no conozco personalmente- no dimitiera un minuto después de que Jaume Matas diera supuestamente esas órdenes.
¿Por qué no dimitió de su cargo Aina Castillo al minuto siguiente de ser supuestamente presionada para cambiar el comité de adjudicación de las obras del hospital?. ¿Por qué no le dijeron a Jaume Matas "ahí te quedas" personajes como Rodrigo de Santos y Sergio Bertrán?.
Ahora cantan La Traviata. Hacen muy bien. Pero estaría mejor que "cantaran" y recordaran que dimitieron por ello hace nueve años.
No. Nadie se fue a su casa. Ni de éstos ni de los otros. Supieran o no las desfachateces que se fraguaban en los despachos o en los privados de los restaurantes, todos o participaron de las fechorías o agacharon la cabeza y miraron hacia otro lado para no perder la silla, el despacho y un posible futuro viviendo del cuento.
Sumen a todo esto los que andan colaborando con el único objetivo de obtener beneficios penales llegado el juicio.
Bien por los jueces y fiscales que obtienen lo que buscan, ya que no pueden llegar a la verdad verdadera, como ha reconocido esta semana Pedro Horrach.
Pena y asco.
