El medico se negó a emitir más prescripción farmacéutica de la que ya le había dado y el paciente decidió acudir a otra médica, que tampoco quiso recetarle más medicamento. Al ver que ambos facultativos se negaban, el hombre, de forma "violenta", cogió un electrocardiógrafo y lo lanzó a los médicos, que pudieron esquivarlo y salir huyendo mientras eran perseguidos por el agresor.
Los facultativos consiguieron refugiarse en una consulta y pidieron ayuda a los servicios de seguridad del hospital, que le redujeron hasta que llegó la Policía Nacional, que le detuvo.