Descansar en paz
martes 18 de marzo de 2014, 18:30h
De un tiempo a esta parte denoto una cierta tendencia –lo que antes se denominaba moda- a relatar a los difuntos los pormenores de la vida y su entorno, por parte de los “que se quedan”, en feliz expresión del siempre único “El Casta”.
Los familiares de los desaparecidos remiten a sus seres queridos los avatares de la existencia mundana, pasado un tiempo del desenlace, en forma de esquela-aniversario.
Así, la semana pasada, en un periódico de la península, se podía leer: “quinto aniversario de don Ramón Tur Gomila (los nombres, evidentemente están convenientemente falseados). Querido Ramón: primeramente, muchas gracias por haber sido mi marido. No te enfades por el hecho de no haber sabido defender tu patrimonio empresarial, pero no quieras saber todo lo que ha pasado después de tu muerte, a lo que cabe añadir, también, el fallecimiento de nuestro hijo Isidro. Te quiero y, la verdad, no puedo olvidarte.”
¡Hombre, por Dios, dónde vamos a parar!
Los allegados no tienen derecho a estorbar el dulce sueño de sus finados más próximos. Una de las pocas ventajas de haber muerto es el alejamiento de los problemas y las rutinas que nos endulzan y nos amargan la existencia durante el período que hemos sufrido en la madre tierra.
Cuando uno fallece, se le paraliza por completo la agenda, los compromisos, los quehaceres habituales. Todo queda atrás. Mucho me parece que no es de recibo “poner al día” al pobre espíritu alejado de la mísera realidad, sobre el devenir de los hechos que acontecen después de su desaparición. Y menos si las noticias que revelamos son de un calado pesimista que tumba de espaldas.
El ser amado no tiene por qué saber que su patrimonio (trabajado firmemente durante décadas) se ha hundido tras su funeral; ni que se le ha muerto un hijo en accidente de moto; ni que el Mallorca sufre una crisis institucional –y deportiva- como nunca jamás; ni que le han entrado a robar en su finca de Cala Rajada; ni que su nuera se ha quemado con lejía…ni nada de nada.
Si esta tendencia macabra se acrecienta, lo único que conseguirá será mantener alerta a todo lobo que acecha con las curiosidades de sus semejantes, tal y como si se tratara de un “Sálvame necrológico”.
Dejemos en paz a los difuntos, por favor.
¿Y qué sucederá cuando en lugar de tener que publicar esquelas escritas o digitales se instale un wifi universal y “transvital” y el pueblo se dedique a mandar “whatsApp’s” a sus ancestros…
Porca miseria.
Foro asociado a esta noticia:
Descansar en paz
Últimos comentarios de los lectores (1)
20972 | Perantoni - 19/03/2014 @ 19:32:49 (GMT+1)
Holaaaaa... ¿Hay alguieeeeeeeen?