Des-incentivando que es gerundio (háblese del iB Salut)

En los nuevos de Masteres de Indi-gestion Sanitaria a los que acuden (por supuesto costeados por la administración) los integrantes de la llamada “secta gerencial”, compuesta por gestores de distintas profesiones pero en la que destacan, y no para mejor, algunos médicos con escasa o nulo quehacer asistencial, (es decir no “han visto un paciente en su vida”) acaban de dar con la tecla incentivadora, que a modo de aguinaldo navideño, reconoce la valía, la dedicación , el compromiso ,la excelencia y la responsabilidad de los médicos que son los más puntuados en las encuestas de los ciudadanos . Los incentivos de los más de 3.000 médicos del IB Salut que sostienen con su vocación y voluntarismo la sanidad pública balear oscilan entre 110 a 200 euros. Y esto es en la hospitalaria porque los magníficos médicos de atención primaria, con una gran sobrecarga asistencial y con carencia de sustitutos pueden que cobre menos todavía. Así premia el Ib salut a sus médicos, así reconoce y gratifica la labor a destajo del colectivo médico en el 2018. Sé que se habrán quedado catatónicos pero esta es la cifra que el IB Salut cual Reyes Magos de Reina Esclaramunda traen en sus cofres a sus médicos. Más que un incentivo suena a una penalización, a limosna institucional o dadiva desmotivadora. Estos seudoincentivos des-incentivadores más que subir la dopamina bajan al sótano la serotonina.. Claro que cualquier situación por mala que sea es susceptible de empeorar, como paso el año pasado en el hospital de referencia (Son Espases) donde la gerencia en un ejercicio de escasa inteligencia emocional excluyo de los incentivos a más de 500 médicos. Por los largos pasillos de Son Espases los más de 700 médicos ya cantan superincentivados los clásicos villancicos. Un frenesí hipomaniaco recorre los quirófanos y las consultas. ¡Hay una larga cola para ir al piso 2, donde se ubican los gestores, para agradecer efusivamente su generosidad y su magnificencia! Los pacientes sonríen con complicidad al ver a sus médicos tan eufóricos. Es la comidilla en las salas de espera “Qué bien les tratan, estamos contentos de que se les premie su dedicación, se lo merecen”. La secta gerencial no conseguirá hundirnos en la miseria. Aunque algunos son médicos, desconocen el juramento hipocrático y la relación médico paciente. En su genoma no está el adn de la profesión médica. Esta pedrea de incentivos les define a ellos no a nosotros. ¡ Que buenos vasallos si tuvieran un buen señor” . No lograran acabar con nuestra autoestima, llevan mucho tiempo comportándose como el Dios mitológico Cronos que devora a sus hijos. Nuestro mayor incentivo son el respeto y el comportamiento ético con nuestros pacientes, experiencia que algunos de ellos nunca disfrutaran. Simebal, seguirá reivindicando que la productividad variable, derecho que no hemos recuperado desde la crisis, vuelva a ser la que era , ligada a objetivos , asimétrica pero con una cuantía digna , de 1.500 a 3.000 euros, como lo es en todas las Comunidades autonómicas.

El IB Salut tiene tiempo de reflexionar y de rectificar. El mensaje que se da con esta paupérrima cantidad es que los médicos han cumplido por la mínima los objetivos del 2018. No es serio ni justo. Los médicos lo saben y los pacientes también.

Ya saben en derrota transitoria pero nunca en doma.