La mente humana está preparada para olvidar. Esta capacitación le permite optimizar la información que recibe. Selecciona lo que es importante, lo que precisa para tomar decisiones, para desarrollarse y la almacena en el cerebro.
En condiciones de normalidad, a medida que va pasando el tiempo, se produce un proceso ordenado de olvido. A lo largo de este tiempo se va perdiendo una ingente cantidad de información. En su mayor parte, esta información es un lastre. En una pesada carga de contenidos redundantes, rancios y superfluos, que impiden la evolución y la adecuación a la realidad cambiante.
Las nuevas tecnologías están preparadas para todo lo contrario, para permanecer. La revolución de Internet está cambiando el mundo en positivo. Sin embargo, la interconexión en red de millones de ordenadores archiva y acumula información confidencial sobre las personas. Información confidencial y hábitos de navegación que configuran una identidad digital con la que comercializan.
En muchas ocasiones, esta información "robada" atenta contra la intimidad y el honor de las personas. Información que circula por las redes sociales con un crecimiento viral e imparable. Los propios buscadores seleccionan e indexan nominalmente estos datos para venderlos.llegado este punto, la identidad digital es una fuente de discriminación personal con repercusión profesional potencialmente grave.
Existe un gran movimiento ciudadano que exige la posibilidad de retirar la información que afecta a la dignidad de las personas. La posibilidad de solicitar al web master o al buscador, según los casos, la retirada de la información personal caduca, lesiva, conocida como "pena de buscador".
Los buscadores acumulan centenares de miles de solicitudes del "derecho de olvido" y mas de 5.000 demandas por peticiones no atendidas.
El tema es complejo pero deberíamos seguir la evolución natural de la mente. Evitaríamos muchos de los inconvenientes de una revolución que esta cambiando positivamente el mundo.
Un webmaster o un buscador puede no ser responsables de publicar determinada información personal en texto o imagen, pero si lo son, en su caso, de no retirarlos.
El desarrollo del derecho al olvido debe valorar y ponderar diferentes bienes jurídicos, entre los que destaca el derecho a la libertad de información, pero exige una urgente regulación.