Las inmediaciones del estadio de Son Moix han aparecido hoy cubiertas de diversas pintadas contra el alemán Utz Claasen.
En las pintadas pueden leerse mensajes como "Claasen dimisión", "Claasen cabrón, fuera de Son Moix" o "Claasen payaso fuera".
Estas pintadas aparecen al día siguiente de que se conociera que la tan cacareada oferta de Utz Claasen para comprar al grupo mayoritario de las acciones del RCD Mallorca se redujo a enviar un correo electrónico a un miembro del consejo de administración (que no es Lorenzo Serra Ferrer) anunciando un supuesto interés por hacerse con sus acciones.
Según publicó mallorcadiario.com ayer, en el citado mail no existió cuantificación por la compra -si no hay precio no hay oferta- y exigió una clausula de confidencialidad bajo amenaza de querella.
Además, anunciaba que su interés de compra no era vinculante; es decir, que si los propietarios de las acciones decidieran venderlas, Claasen podría optar por no comprarlas.
Ante esta misiva, a la planta noble del Real Mallorca no le quedó otro remedio que no tomársela en serio.
Claasen anunció en el mes de mayo la presentación, durante el mes de agosto, de una oferta de compra de las acciones del grupo que maneja el control de la entidad. Tal oferta, por tanto, no ha existido.
Lo cierto es que la situación económica del Mallorca es ahora mucho más estable y con más garantías de futuro que cuando el alemán optó por lanzar su órdago.
Este digital ya anunció es su día que la ruptura del contrato televisivo con Mediapro y la posterior firma con Prisa elevaba sustancialmente el valor económico del club y de sus acciones. Todo esto podría haber causado algún inconveniente en la estrategia prevista por Claassen y los consejeros que le apoyan.
Con el nuevo contrato televisivo, el conjunto bermellón no solo garantiza su futuro, sino que además permite disponer en la actualidad de dinero efectivo en caja suficiente para afrontar multitud de retos con la actual estructura accionarial.