Rafa Nadal ha ganado su sexto Roland Garros tras imponerse a Roger Federer por 7-5, 7-6, 5-7 y 6-1 en casi cuatro horas de un partido tremendamente disputado, en el que el mallorquín ha igualado el número de entorchados parisinos del sueco Bjorn Borg, que hasta este domingo era en solitario el tenista que más veces había obtenido la victoria en Roland Garros. Con este triunfo, que supone su primera victoria en un Grand Slam desde septiembre de 2010 en el US Open, Nadal también se mantendrá como número uno del mundo al menos durante unas semanas más. Los inusuales altibajos de ambos jugadores, los dos mejores tenistas en lo que va de siglo, dieron lugar a un partido muy reñido y con constantes rupturas de servicio cada vez que parecía que alguno se iba a escapar en el marcador. Los altibajos, eso sí, se intercalaban con la gran maestría de ciertos golpes solo al alcance de un ganador de 16 Grand Slams y de otro, desde este domingo, de diez. El momento decisivo del partido pudo vivirse en el primer set, cuando Federer llegó a tener una bola de set al resto con un 5-2. Nadal necesitó la asistencia del fisioterapeuta para corregir su vendaje en el tobillo. Pero el mallorquín se sobrepuso a los problemas, y ganó cinco juegos seguidos para anotarse la primera manga con grandes momentos de tenis para consumar una impresionante remontada. Federer empezó el encuentro con una comodidad inaudita derivada de los errores del mallorquín y de su poca agresividad. Parecía que se impondría con facilidad, pero Nadal volvió a mostrar su espíritu guerrero gracias al que se ha convertido en una de las leyendas del tenis. En el segundo set, el suizo cometió errores también en momentos clave, que el mallorquín aprovechó para doblegarlo sin estar a su mejor nivel. La lluvia paró la final con 5-4 y servicio para Rafa Nadal, que tenía un punto de set justo cuando comenzaron a caer las primeras gotas. El partido se reanudó a los pocos minutos con 40-40, después de que durante el parón los jugadores recibieran indicaciones de sus entrenadores. Federer consiguió reponerse y forzó el tie-break, en el que Nadal se mostró muy eficiente y frío. La fuerza mental que exhibió durante todo el encuentro fue crucial, y claramente superior a la del suizo, lo que le permitió enmendar el no estar a su mejor nivel. El de Basilea puso el 2 a 1 en el marcador en la tercera manga en un set en el que ambos jugadores no estuvieron consistentes con su saque, y que Nadal no pudo rematar al suizo pese a jugar todo el set por delante. Pero cuando parecía que el mallorquín vivía su peor momento, remontó un 0-40 en el primer juego del cuarto set, y que arrasó de la pista a Federer con un juego muy solvente, y que siempre trató de buscar el revés del suizo. "Ha sido una victoria dura, estaba jugando mejor con el revés de lo que lo había hecho durante el resto del torneo", declaró Nadal al término del encuentro. "En el tercer set estaba cansado, tenía nervios por finiquitar el partido, y Federer sacó su mejor nivel", excusó Nadal sobre la única manga que cedió. El mallorquín reconoció que durante el torneo vivió una primera semana especialmente dura, después de haber perdido las cuatro finales disputadas contra el serbio Novak Djokovic este año, y que eso le generó ciertas "dudas", que se disiparon a partir de cuartos de final en el partido que venció a Robin Soderling. Ya con la copa en sus manos, en su alocución al público, Nadal prometió volver el año que viene para convertirse en solitario en el tenista con más victorias en Roland Garros, y lograr así que el rey de la tierra entre en el séptimo cielo.
