Parece ser que en las próximas horas o quizás días, la propiedad del Real Mallorca SAD va a cerrar los acuerdos con el archifamoso y anónimo grupo inversor británico que invertirá 200 millones de euros en la construcción del nuevo Luis Sitjar y el centro comercial anexo. A tenor de las declaraciones del alcalde Mateo Isern y de Lorenzo Serra se adivina una importante dificultad, puesto que entre los requisitos que va a exigir la corporación palmesana estará la presentación de las garantías suficientes de solvencia que aseguren la inversión. Esta exigencia era de esperar por la donación de terreno público a una entidad privada y que además está aderezada con una recalificación sustancial en el aprovechamiento urbanístico. En cambio, la declaración del propietario del club no coincide con esta exigencia e insinuaba la imposibilidad de prestar unos avales bancarios ante la magnitud de la inversión. Serra Ferrer pide confianza para con el grupo beneficiario del centro comercial. Ciertamente, no ayuda a la idea de Serra el mantener hasta la fecha totalmente oculto al promotor comercial (persona física, empresario/s o grupo empresarial), si bien se va a despejar de inmediato. Quizás la única solución para intentar conjugar las discrepancias entre las partes, y como muestra de la capacidad financiera de los promotores foráneos, sería su decisión de incorporarse de inmediato al proyecto deportivo, por desgracia tan necesitado de capital. El impacto social y mediático sería de tal envergadura que sin duda las exigencias municipales podrían replantearse sin perjudicar el patrimonio de la ciudad.
