Importante victoria la cosechada por el Real Mallorca en casa y frente al Real Zaragoza y que pone la permanencia en la máxima categoría de la liga en bandeja. Con esta victoria, el Mallorca suma ya 38 puntos a falta de 9 partidos para que finalice la competición y necesita tan solo 4 para sellar su permanencia un año más en Primera División. El partido se jugó en el Iberostar Estadi ante unos 13.000 aficionados y antes del inicio del mismo, se guardó un minuto de silencio como señal de duelo por la tragedia que azota Japón. Fue el Mallorca el que primero acercó el peligro a la portería rival gracias a N’sue en el minuto 9, pero su remate, de cabeza, salió fuera. A partir de ese momento, el partido se volvió descontrolado y no parecía que ni uno ni otro equipo consiguieran hacer algo fluido o de forma ordenada. En el minuto 33, otra vez N’sue dio un susto a Doblas cuando al encontrarse el balón en el segundo palo remató tras recortar a Da Silva pero Doblas consiguió desviarlo y con poco más se llegó al final de la primera parte. Un marcador de empate a cero, un juego soso y desabrido y mucho que jugar por delante. En el minuto 59 de nuevo fue el Mallorca el que creó peligro sobre la portería rival en un tiro de Cendrós, a pase de N’sue, que paró Doblas aunque el juego no parecía mejorar por ninguna de las dos partes. Así las cosas, en el minuto 65 se produjo la jugada clave del partido con la expulsión del portero del Zaragoza, Doblas cuando al intentar parar a Webó salía a por el balón y lo tocaba fuera del área. Con diez jugadores sobre el terreno, el Mallorca supo jugar sus cartas y fruto de ello fue el único gol del partido, obra de Jonathan de Guzmán en el minuto 21 y que supuso la victoria del Mallorca. Un gol de falta directa que se colaba por la cruceta izquierda de Leo Franco (que sustituyó al expulsado Doblas). En el tiempo de descuento, cuando el final de partido estaba ya cantado, los zaragozanos han tenido la oportunidad del empate con un tiro de Braulio que, escapándose de dos jugadores rivales, tiró un chut que golpeó contra el larguero.
