“Aquí vienen coches y furgonetas de otras barridas a tirar basura”, explica muy enfadada Antònia Morey, una vecina de toda la vida de Camp Redó, que asegura que lo ha visto con sus propios ojos.
“Esta basura viene de otros sitios”, insiste molesta por la imagen que se está dando de la barriada donde, en 19 jornadas de trabajo en septiembre, Emaya ha recogido siete toneladas de residuos sólidos urbanos y 3'88 toneladas de voluminosos. “No todos los que vivimos aquí somos unos guarros y unos incívicos”, añade. “No pongo en duda que hayan recogido once toneladas de basura, pero no me parece justo que no se explique su procedencia”, continúa sumando al tema de que se descargue en el barrio que “hay chatarreros que nos usan de vertedero”, y a los que han denunciado a la Policía, y que tras el desalojo del bloque VIII “dejaron sus enseres y porquería”. Insisten en que “era obligación del Ayuntamiento quitarlo” y que, de este modo, no se habría acumulado “tantas toneladas”.
Antònia Morey lleva toda la vida residiendo en una barriada en la que ha nacido y, como ella, otros vecinos se han sentido “indignados” con la imagen que se ofrece. “Somos gente que pagamos impuestos, solo queremos que no nos discriminen a todos y que acepten que mucha culpa es de la dejadez del Ayuntamiento”.
Emaya retira 11 toneladas de basura de Camp Redó
Presupuesto total de 6.496 euros
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Argumenta también que “quitaron todos los contenedores de la barriada y eso influyó mucho en que se tirase la basura a la calle”.
Es una de las vecinas que pide a Cort que no deje de lado a Camp Redó y que apueste por ellos.
Además, quiere dejar claro que “cada vez que hablan de Corea nos discriminan porque el nombre de la barriada es Camp Redó”, sentencia.