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Demolición financiera controlada

Estamos viviendo la quiebra de numerosos bancos medianos. Alguno grande también caerá. Es parte de la hoja de ruta hacia el Gran Reseteo financiero.

Una vez más quieren meternos el miedo en el cuerpo para conseguir un fin. En esta ocasión, el miedo a perder nuestros ahorros.

El sujeto de estas frases grandilocuentes se suele omitir para dejarlo abierto a la imaginación del oyente pero su ausencia resta rigor a la afirmación.

¿Quién quiere meternos miedo?

El sujeto omitido se desvela: es la FED, esto es, la Reserva Federal. Y por analogía, el Banco Central Europeo.

La Reserva Federal es la causante de esta crisis bancaria que, como digo, no ha hecho más que empezar. Hace tiempo que nos hablan del Gran Reseteo y estamos siendo testigos en directo del desmoronamiento del actual para dar entrada a un nuevo sistema financiero.

Con su política de intereses cero durante años y la abrupta subida de estos últimos meses, la Reserva Federal ha detonado un proceso de demolición financiera controlado. Se dice que hay más de 180 entidades vulnerables a esta y las nuevas subidas de interés. En medio de esta vorágine, el BCE subió esta semana 50 puntos básicos. Todo eso mientras se inyecta dinero para salvar los bancos. Medidas antagónicas de bombero pirómano.

Lo que ha ocurrido es lo siguiente: Durante los años en los que el tipo de interés era cercano a cero, los bancos tenían que buscar rentabilidad en otras fuentes como, por ejemplo, comprando bonos al interés de la época, es decir, cercano a cero. Hoy en día esos bonos, que conforman su activo, valen poco en comparación con los bonos que remuneran un interés alto y se venden a pérdidas. Eso es lo que ocurrió en Silicon Valley Bank. Cuando se corrió la voz, los ahorradores intentaron retirar sus ahorros y, como sabemos, por culpa de la reserva fraccionaria no había dinero para todos. Se montó una corrida bancaria o corralito. El banco se vio forzado a vender sus activos a pérdida y entró en quiebra.

Pero llegó la Reserva Federal al rescate haciendo lo que sabe hacer: creando inflación, es decir, de nuevo, imprimiendo cantidades ingentes de dinero.

Es la Reserva Federal la que subió los tipos de interés que minoraron el valor de los activos que se vieron obligados a comprar los bancos. Y también es la Reserva Federal la que ha vuelto a inyectar dinero para rescatarlos. Inflación más inflación puede llegar a ser inflación acelerada o hiperinflación. Esto agravaría el empobrecimiento de la población amén de un récord de recaudación de impuestos para Hacienda que, no somos todos.

Una vez conocido el sujeto, conozcamos el fin: la dinamitación del sistema financiero actual para dar entrada a uno nuevo.

Baste ver el destino del dinero de los depositantes despavoridos. Tras las primeras quiebras en Estados Unidos y su posterior contagio a los bancos europeos, hemos visto que el dinero de los ahorradores ha salido de los bancos medianos para concentrarse en los grandes. Por primera vez, además, se ha parece haberse producido un desacople de las criptomonedas. Parte del dinero se ha ido ahí. Otro beneficiado ha sido el oro.

Una vez que vayan desapareciendo o nacionalizándose los bancos medianos y solo queden los grandes, no tardarán en aparecer con fuerza las CBDCs que es dinero programable que depende directamente de los bancos centrales. Esa es la finalidad. El argumentario para que la gente las acepte será que los fondos estarán siempre asegurados porque el banco central nunca quebrará. Se acabaron las corridas bancarias o corralitos, dirán. Y encima, se acabará el dinero negro.

Creación del problema – miedo – solución ¿Les suena? El patrón no cambia.

Recuerden que los grandes bancos son los propietarios de la Reserva Federal. Paso uno, concentración. Paso dos, cesión al ente central. Paso tres, crear moneda digital. Paso cuatro, desaparición del dinero en efectivo.

La creación de la Reserva Federal en 1913 dio origen a este sistema de dinero basado en deuda que nunca va a poder devolverse. La abolición del patrón oro en 1971 pervirtió más aún el sistema facilitando la otorgación de nuevos préstamos. Hoy en día, la cantidad de dinero en circulación y su contrapartida en deuda está en máximos históricos. Y aunque decían que no lo iban a hacer, siguen imprimiendo dinero para inyectarlo en la banca. Es la única manera de que el sistema no colapse. Pero no se puede imprimir de manera indefinida.

En este siglo y pico desde la creación de la Reserva Federal ha habido prosperidad aunque también desigualdad entre países y ciudadanos.

Estamos a las puertas de un reseteo financiero. El dinero físico, último reducto de libertad, desaparecerá. Otras vías de pago destacarán ante el control al que estaremos sometidos.

Bitcoin, como moneda, también se interpone en el camino y hay que atacarle. No es casualidad que Biden acabe de anunciar que gravará con un 30% las actividades de minería.

Estamos siendo testigos de momentos apasionantes. El cambio de un nuevo paradigma financiero. De nosotros depende seguir contando con espacios de libertad. Que las CBDCs nos pillen confesados. Busquemos aire fresco lejos de allí donde nos quieren llevar. En Nigeria, el intento de implantación de su CBDC hizo que su población abrazara Bitcoin (BTC) con fuerza. En cuanto descubran el que escala alucinarán. África marcando, otra vez, el camino.

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