Demasiada basura en el litoral balear

Si atendemos a los datos facilitados por la propia Conselleria de Medi Ambient, el mar balear se encuentra en un pésimo estado de salud. El departamento que dirige Vicenç Vidal señalaba este martes que las 26 barcas de limpieza del litoral que han estado operando este verano han recogido más de 13 toneladas de residuos, 8 de ellas sólo en Mallorca. La mayoría de esta basura son plásticos, seguidos de maderas y, en menor medida, restos de vegetación.

Esta realidad se suma a la situación generada por la mala depuración de las aguas, que ha provocado varios episodios de vertidos de aguas fecales y de suciedad arrastrada por las tormentas. Se trata de un pésimo escenario que lleva a pensar sobre los riesgos que puede conllevar tal situación en términos de salud medioambiental y para las propias personas.

El debate sobre los vertidos que han obligado a cerrar las playas urbanas de Palma en siete ocasiones en las última semanas ya ha traspasado el ámbito municipal y se ha trasladado al Parlament. Los grupos políticos se han enzarzado este martes cruzándose acusaciones y no escatimando realismo en sus exposiciones; como la de la diputada de Ciudadanos Olga Ballester al afirmar desde su escaño que "estamos de mierda hasta el cuello".

No hay duda de que habrá que pedir responsabilidades políticas, pero urge emprender una planificación de las infraestructuras necesarias y de las actuaciones que haya que promover entre los propios ciudadanos. Un entorno sucio no es argumento para justificar una actuación incívica, pero contribuye a que muchas de estas acciones se realicen sin tener conciencia de su perjuicio.

En este escenario, la administración pública debe tomar la iniciativa y, antes que nada, dar ejemplo. Y es que de nada sirve que las barcas de la empresa pública Abaqua recojan plásticos del mar si las propias depuradoras gestionadas por Abaqua vierten toneladas de restos insalubres a esas mismas aguas.