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Delitos que son delitos

jueves 18 de septiembre de 2014, 19:42h

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Muchas veces, como dice el refrán, es mejor prevenir que curar. Y la verdad es que algunas veces, aunque no seamos del todo conscientes de ello, es fundamental prevenir las consecuencias de algunos comportamientos que pensamos que son inocuos.

En mi trabajo como abogado tengo la oportunidad de conocer a personas que han llevado a cabo comportamientos que, en ocasiones, están al margen de la ley. Algunos son plenamente conscientes de ello y, por eso, sabían lo que les podía pasar: se arriesgaron y perdieron.

Sin embargo, hay ocasiones en las que hay gente que desconoce que está cometiendo un delito porque piensa que, como máximo, lo que está haciendo puede implicar una pequeña multa o sanción administrativa que, como tal, se paga y punto.

Pues bien, como creo que puede ser muy útil para la gente en general, en este artículo voy a enumerar algunos comportamientos que, pese a lo que pueda creer la gente, son delito y, de llevarlos a cabo, nos podemos buscar algo más que un disgusto.

El caso paradigmático de lo anterior es la ya célebre denuncia falsa por robo del móvil, cuando en realidad lo has extraviado, se te ha roto… Pues bien, interponer una denuncia falsa por robo de móvil es un delito tipificado en el artículo 456 del Código Penal y, por hacerlo, te puedes enfrentar a una condena de entre 6 meses y dos años de prisión. Lo dicho, por una tontería (cueste lo que cueste el móvil), es posible que te enfrentes a un proceso penal en el que se te va a imponer una pena de cárcel, aunque normalmente, si careces de antecedentes, lo normal es que no te acuestes con el pijama de rayas.

Pero, por si no fuera suficiente, denunciar el robo de un móvil te puede causar un grave problema con tu compañía de seguros, siempre que hayas comunicado el robo y te hayan pagado. Pues bien, la compañía de seguros puede acusarte de haber cometido un delito de estafa (si el dinero que te han dado supera los 400 euros) pudiendo ser condenado, nada más y nada menos, que a una pena de prisión que oscile entre los 6 meses y los 3 años de cárcel.

Otra imprudencia que se está “poniendo de moda” es la de falsificar tickets de parking, certificados de minusválidos o de residente, etc... Pues, en este caso, aparcar gratis puede salirte muy caro. Falsificar un ticket de parking o una tarjeta de residente constituye un delito de falsificación de documento público que puede conllevar penas de 6 meses a 3 años de prisión. Si bien es cierto que en este caso la falsificación debe estar bien confeccionada y ser susceptible de inducir a error a los funcionarios encargados de controlar (que tienen unos aparatos que detectan los documentos falsos). Podríamos decir, en este caso, que delinquir requiere una cierta pericia o destreza en la confección del documento falsificado, aunque es mejor no hacer pruebas. Los experimentos con gaseosa.

En resumen, antes de delinquir sin saberlo, infórmense de las consecuencias de sus actos.
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