Una deficiente gestión en el cierre del centro Norai de acogida de menores

El cierre del centro Norai para migrantes menores no acompañados ha acumulado considerables críticas y una notable preocupación tanto de los trabajadores -ahora sin empleo- como de los responsables municipales de Santanyí, localidad en la que el Consell de Mallorca ha abierto en tiempo récord un nuevo centro para sustituir al ahora clausurado en Palma.

Los trabajadores critican que el Instituto Mallorquín de Asuntos Sociales (IMAS) -dependiente del Consell- no se haya reunido con ellos para darles una explicación de la decisión, ni consensuar las medidas a tomar tras el cierre del centro. Se quejan de que la entidad insular ha aprovechado la ocasión para prescindir de unos trabajadores -sin ofrecer recolocaciones- y contratar a otros con salarios inferiores.

El IMAS optó por el cierre exprés de Norai tras los numerosos conflictos generados en el barrio de Son Roca por los menores extranjeros acogidos y fugados del centro. Tras producirse manifestaciones ciudadanas y peleas entre vecinos y menas -una de ellas con heridos- se llegó a anunciar oficialmente que el centro se clausuraría en marzo próximo. Sin embargo, y sin más publicidad, el centro ya se ha cerrado.

Para paliar este cierre apresurado, el IMAS ha elegido Santanyí como destino de los menores trasladados, sin aportar información previa a los vecinos de la localidad ni a los responsables municipales, que tuvieron conocimiento del nuevo centro tras la denuncia ante la Guardia Civil de la localidad de una nueva huida de un menor.

La gestión del IMAS en este asunto ha sido cómo mínimo manifiestamente mejorable. Ha faltado mucha información a todos los afectados y no ha habido el necesario consenso previo a la hora de buscar alternativas. El IMAS acumula ya demasiados puntos negativos en su gestión -antes con Javier de Juan y ahora con Sofía Alonso al frente- que no han quedado suficientemente aclarados, como es el caso de prostitución de menores tuteladas y fugadas. El Instituto insular no debería sumar un nuevo episodio oscuro y conflictivo a su historial, reconduciendo el cierre de Norai con una mayor comunicación con todos los agentes implicados.