No me quiero ni imaginar lo que hubiesen dicho los socialistas, y la izquierda en general, si el PP se hubiese pegado el batacazo del pasado domingo. Bauzá estaría muerto, Salom sería un cadáver e Isern debería volver con su rolex a ejecutar hipotecas a los pobres, diría la jauría habitual. Por esta misma regla de tres, Antich tiene que dar paso a una nueva generación política, algo que seguramente hará gustosamente el todavía presidente en funciones del Govern. Armengol también debe asumir responsabilidades políticas ante el desastre del domingo, de la que ella es responsable después de haber gobernado durante cuatro años de espaldas a muchos ciudadanos. Armengol es de las que gobernaba para los suyos, los que piensan como ella. Aina Calvo ha sido tan sectaria como Armengol, aunque se le ha notado menos. Las dos dirigentes socialistas tienen que marcharse a casa, reflexionar, y entender su fracaso político, no por perder las elecciones, sino por no haber aprovechado cuatro años de gobierno para ganarse la confianza de los ciudadanos. Los mallorquines estaban hartos de tanto sectarismo y en esas cosas suelen castigarse en las urnas. Ahora, el PSOE tiene que reflexionar pero lo mejor es dar paso a nuevas personas que entiendan una nueva forma de hacer política, menos sectaria y revanchista.