Patxo Unzueta ha escrito en el diario El País que Podemos ambiciona llegar al poder cuanto antes, por vía electoral y, una vez alcanzado, utilizarlo desde un fuerte liderazgo personal para crear las condiciones de su perpetuación. Unzueta no es un columnista de un diario de extrema derecha, que se entretiene demonizando al partido populista de izquierdas de Pablo Iglesias, sino que es un periodista de la generación democrática que afianzó el diario de Prisa. Sus palabras, por tanto, evocan una situación inquietante en términos democráticos, al atribuir severos riesgos a la tercera fuerza política del país y posible aliado, por activa o por pasiva, de un gobierno de progreso en España con el PSOE. El programa base de Podemos y otros documentos de este partido podrían ser homologados como socialdemócratas, si se quiere al estilo nórdico, más que mediterráneo, pero ciertos talantes personales, determinadas decisiones internas, extrañas conexiones con países como Irán y Venezuela, y algunas otras cosas por el estilo, transforman Podemos en un partido no del todo fiable. Tanto es así que Unzueta cree que, para el PSOE, el fracaso de un acuerdo con el PP podría, en el peor caso, corregirse en la siguiente elección; mientras que el paso de Podemos por el Gobierno dejaría probablemente estructuras de poder y hábitos de actuación difíciles de desmontar.