Parece ser que no podemos poner en duda que nuestro Mundo está compuesto entre otras cosas de protones, neutrones y también los olvidados electrones, que se encuentran en el núcleo del átomo y aunque no los podamos ver sabemos que existen y son muy abundantes. Pero del tercer elemento que tenemos en ingentes cantidades que son los tontos de los cojones, estamos en una gran desventaja y es que a estos los podemos ver y los aguantamos de forma palpable todos los días.
Que te los puedes sacudir de tus redes sociales, te salen en el trabajo, que logras poner un muro en el trabajo, te vuelven a salir en el gimnasio y ya se propagan por todo habitáculo posible, el ascensor, el autobús, metro, cola del cine, en el supermercado, en la playa, en la montaña y es como un bucle que por más que apartas se reproducen en masa.
¿Que porque nadie habla de los tontos? Supongo que porque a nadie le gusta que te relacionen con ellos y te digan aquello “dime de lo que presumes y …? Pero todos sabemos que por el hecho de que no hables de algo, no desaparece, salvo que venga el malvado de Thanos (malote de los Vengadores) y los elimine. Hay preguntas y teorías acerca de estos sujetos, ¿nacen o se hacen? ¿son fruto del sistema o generación espontánea? ¿tienen cura conocida? ¿dónde hay menos? Y también nos podemos formular otra pregunta, sería posible la vida sin ellos, porque al igual que alguien dijo hace 2.000 años que siempre habrá pobres en el Mundo, probablemente siempre habrá tontos el Mundo y si no son los que hay ahora, nos tocará al resto si es que todavía no estamos en ese club, como ven se nos plantea un dilema moral, acabar con los tontos con la consecuencia de que los nuevos tontos seamos nosotros o dejarlos campar a sus anchas para por lo menos poder decir “esto lo hizo un tonto y no era yo”.
Este artículo no ha querido ser un ensayo de la tontería y de los tontos, más bien una reflexión y como no, una válvula de escape para que a través de la pluma podamos meternos con los tontos, aquellos que sufrimos cada día pero que también pensamos que no vale la pena discutir con ellos. Recuerden también que en esta vida todos hacemos alguna vez tonterías pero lo único grave es que no lo veamos.
P.D. Me acabo de dar cuenta que este artículo lo he escrito en masculino, siempre he dicho tontos y no he incluido tontas, pero volverlo a escribir va a ser una tontería, lo dejo así. Hasta la semana que viene.