Este fin de semana pasado Marruecos fue sacudido por uno de los terremotos más mortales de su historia reciente. El sismo golpeó con fuerza la región sur del país Africano, dejando un trágico saldo de casi 3.000 fallecidos y más de 5.000 heridos. Además muchos quedaron sin hogar debido al colapso de las infraestructuras. Estas cifras impactantes hacen evidente la necesidad de una atención global a la relación entre los desastres naturales y el trabajo conjunto y solidario de toda la comunidad internacional.
Esta semana, también, otra tragedia ha asolado Libia, que ha tenido que hacer frente a la devastación causada por las inundaciones en varias regiones del país. Las intensas lluvias provocaron desbordamientos de ríos y devastaron pueblos y ciudades enteras. Los informes oficiales hablan de más de 2.800 de víctimas mortales, así como más de 5.000 personas desaparecidas. La infraestructura sufrió daños significativos y la pérdida de cultivos agrícolas ha agravado aún más la crisis humanitaria en la región.
Ante los desafíos de la crisis climática y las catástrofes naturales, es fundamental que los países fronterizos colaboren de manera solidaria para brindar ayuda y apoyo a las naciones afectadas.
Las relaciones históricas entre España y Marruecos, han sido de gran importancia para ambas partes. Este vínculo sirve como base para establecer una colaboración estrecha y efectiva en la respuesta a desastres como el terremoto en Marruecos. Como país fronterizo, tenemos un papel fundamental en ofrecer asistencia humanitaria, suministros básicos, apoyo médico y en la reconstrucción de las áreas afectadas; además siendo vecinos de Marruecos, tenemos una responsabilidad especial para contribuir y coordinar esfuerzos con organizaciones internacionales para la mitigación de los efectos de estos desastres naturales.
Los desastres naturales relacionados con la crisis climática están en aumento a nivel mundial. El calentamiento global ha contribuido al aumento de la temperatura atmosférica y del océano, lo que ha intensificado fenómenos meteorológicos extremos como tormentas, huracanes, sequías e inundaciones. Además, las alteraciones en los patrones de lluvia pueden ocasionar deslizamientos de tierra y erosión costera, exacerbando el impacto de estos eventos.
El terremoto en Marruecos y las inundaciones en Libia son ejemplos trágicos de lo que la fuerza de la naturaleza puede llegar a provocar, ésto sumado a la amenaza que representa la crisis climática queda claro que cada vez cobra más importancia la cooperación internacional y de la solidaridad, en especial entre los países fronterizos. Estos eventos piden una respuesta global y solidaria frente a los desastres naturales. La cooperación entre países fronterizos, como España y Marruecos, así como la colaboración con el mundo árabe en general, es crucial para ofrecer ayuda inmediata y para construir una respuesta sostenible a largo plazo frente al cambio climático y sus consecuencias. Es hora de actuar de manera conjunta para enfrentar estos desafíos y proteger a las comunidades afectadas.
En estos días las muestras de solidaridad han ido llegando a raudales, aquí en Mallorca la aportación de nuestros vecinos, incluido los más jóvenes, y sobre todo las del tejido empresarial mallorquín ha sido una referencia para otras regiones españolas.Las aportaciones han ido llegando día tras día, como debe ser, y la organización para la recogida, selección y envío tanto de comida, como de ropa y enseres en Palma ha sido bien liderada, dirigida y gestionada por la Fundación EuroÁfrica, aportando un gran grano de arena a paliar las consecuencias de lo ocurrido en Marruecos.
Parafraseando a Salvador Allende, en estas fechas en las que se recuerda que han pasado 50 años desde su fallecimiento, “La historia es nuestra y la hacen los pueblos”; y es en estas tragedias, donde se demuestra la valía y solidaridad de una gran nación y de un gran pueblo como es el nuestro.
Feliz semana y a seguir creciendo ante las adversidades.