Por Charo Hierro
Dicen que el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra y doy fe que así es. Para ahorrarme unos eurillos (20 para ser más exactos) volví a caer en la ‘trampa’ de Ryanair. Todo iba bien. Había comprado los billetes para mi novio y para mí para irnos en Semana Santa, en dos reservas diferentes porque la página de la aerolínea no me
Dicen que el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra y doy fe que así es. Para ahorrarme unos eurillos (20 para ser más exactos) volví a caer en la ‘trampa’ de Ryanair. Todo iba bien. Había comprado los billetes para mi novio y para mí para irnos en Semana Santa, en dos reservas diferentes porque la página de la aerolínea no me daba otra opción. La desagradable sorpresa ha llegado con el mail de confirmación, bueno más bien con los mails. En ellos me indican que tengo billete, por partida doble, para viajar pero mi novio no. Es decir, que me van a cobrar dos veces por mi billete pero ni rastro del de mi pareja. ¿Y ahora qué hago? ¿Para qué quiero yo dos billetes a mi nombre? Bien, respiro, me tranquilizo y me pongo manos a la obra a intentar anular algo que la aerolínea ha hecho mal. A través de su página web es imposible, eso sí te facilitan un número de teléfono –el del centro de reservas-. Marco el número y oigo a una ‘amable’ máquina que me informa de lo que me va a costar la llamada y acto seguido… clack, me cuelgan. ¿Y ahora qué hago? Mi desesperación va en aumento. ¡Me van a cobrar dos veces por el mismo billete! Pienso: el banco, esa es la solución. Les llamo y después de explicarles toda la historia me dicen que lo único que puedo hacer es bloquear la tarjeta y rezar para que Ryanair no haya hecho el cobro ya. Así que ahora estoy sin tarjeta y sin billetes. Eso sí, como de todo se aprende en esta vida, tengo claro dos cosas: que lo barato sale y caro y que nunca más volveré a caer en la trampa de Ryanair por mucho que pongan los billetes a dos euros.
