La decisión supone no cobrar los importes de la citada tasa durante este año y la devolución automática de las cantidades que hayan sido adelantadas por los establecimientos.
El acuerdo, que debe formalizarse en las próximas jornadas, supone la renuncia por parte de Cort a unos ingresos anuales de dos millones de euros, que es la cantidad presupuestada por este concepto en las cuentas municipales para este año.
EJEMPLO PARA OTROS MUNICIPIOS
Palma sigue así los pasos de otros municipios como Calviá, que adoptó identica decisión hace unas semanas. En todo caso, los restauradores asociados en Restauració Mallorca valoran el acuerdo alcanzado en Palma, que probablemente será seguido por otros ayuntamientos más pequeños.
La decisión municipal se produce en el marco de la crisis provocada por el coronavirus, que ha obligado al cierre de todas las actividades no esenciales, y después de un largo periodo de demandas del sector de restauración sobre el asunto de las terrazas. Justo antes del decreto del estado de alarma entró en vigor la nueva ordenanza que prohibía las terrazas cerradas y desde hacía meses los restauradores -especialmente de zonas como La Lonja o Santa Catalina- venían reclamando una nueva norma que no les obligase a cerrar a las once de la noche sus terrazas.
Las pérdidas aducidas por el sector por la aplicación de estas normas son millonarias; unas pérdidas que de recuperarse la actividad en un razonable lapso de tiempo podrán quedar mitigadas por la renuncia de Cort a cobrar la tasa por uso de la vía pública.
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Un sector perjudicado por la normativa municipal
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