Hay un total de 45 casas del poblado afectadas por órdenes de desahucio. De estas, 17 que se han acogido al plan de reinserción de Son Banya aprobado por el Ayuntamiento. Se demolerán los miércoles de cada semana hasta que no quede una en pie. El plan para realojar a las familias está presupuestado en 5,4 millones de euros.
"Una vez superado el periodo veraniego, esperamos que no haya más parones", ha señalado Borràs, que se ha referido así a la demolición de las tres primeras infraviviendas el pasado mes de julio. En estos momentos se derriban cuatro viviendas de familias que no se han acogido al plan de reubicación de Cort y que las han abandonado sin conocerse adónde han ido a vivir. “Desde hace tiempo, sus ocupantes ya tenían la orden de desahucio y hoy, cuando han llegado los obreros, ya no había nadie en su interior”, ha explicado Borràs. Por ello no se ha producido “ningún incidente”.
LA COMPLICADA REUBICACIÓN DE FAMILIAS
Borrás ha reconocido que aún se trabaja para “reubicar con mejores garantías a las tres familias que fueron desalojadas en julio”. Las familias han sido reubicadas “en pisos del Instituto Balear de la Vivienda (IBAVI) o del Patronato Municipal”, porque no se han “encontrado casas libres” para ellas. En Son Banya se calcula que viven entre 400 y 600 personas, 147 familias en las que se han contabilizado 193 menores.
Cuando se anunció el derribo de Son Banya, el Ayuntamiento aseguró que las familias serían realojadas en diversos barrios de Palma, pero no en aquellos considerados “más vulnerables” (Son Gotleu, La Soledad, Llevant, Verge del Lluc y Son Ximelis). Ahora la situación ha cambiado y Borrás ha reconocido que “si no hay más remedio, alguna de estas familias que salgan de Son Banya podrían ir a parar a barrios como Son Gotleu, Virgen de Lluc, Son Ximelis, La Soledad o Corea, aunque eso se debería replantear por parte del Ayuntamiento (…) En su momento, quedó muy claro que estas zonas eran barrios con problemas y no recomendables para su realojo”.
ALERTA DE OKUPAS SALIDOS DE SON BANYA
A pesar de los esfuerzos de los servicios sociales, no es posible controlar el destino de todas las familias que salen de Son Banya. Vecinos del Pla de na Tesa en Marratxí han denunciado la llegada de okupas conflictivos a lo que hasta ahora era un lugar tranquilo.
De la misma manera preocupa que el tráfico de drogas se extienda a otras zonas. Vecinos del Secar de la Real han expresado su inquietud de que la zona conocida como El Hoyo centre el mercado de la droga. El Hoyo es uno de los principales puntos de menudeo de cannabis y marihuana de la ciudad y ha sido objeto de varias operaciones policiales en los últimos meses.