La muerte del ex conseller de Territorio, Rafa de Lacy, está envuelta en un halo de misterio. Las versiones publicadas sobre lo que pudo ocurrir el fatídico día en que perdió la vida en la carretera de Cap Blanc no solo son contradictorias sino incompatibles. No hay acuerdo ni en la hora a la que ocurrió el accidente. Hay quien apunta a que el jurista de 56 años salió sobre las 11 de la mañana de su despacho de Palma para dirigirse a una reunión con un cliente que vivía por la zona dónde ocurrió el siniestro. De ser así el trayecto que siguió el ex conseller era lógico. Sin embargo, la otra versión publicada por otro diario sobre el accidente apunta a que De Lacy circulaba a las seis de la mañana por la carretera de Cap Blanc, un lugar tristemente famoso porque a él acuden personas que quieren quitarse la vida dado su proximidad con los acantilados y recuerda los casos de Miquel Dalmau y Francisco Lavao. Si realmente De Lacy condujo a las seis de la mañana por esa zona y el accidente se produjo sobre esa hora es imposible que estuviera después – antes de las 11 de la mañana- en su despacho de Palma, de ahí que las versiones ofrecidas sean incompatibles. Lo único seguro hasta ahora y en la que todos los medios coinciden es que De Lacy circulaba a 170 kilómetros por hora en el momento del brutal impacto contra una caseta de obras, una velocidad excesiva para ese tramo de la carretera pese a que sea recto. Existe una tercera versión, a la que ha tenido acceso este digital, y que procede de un testigo que asegura haber visto ese día por la mañana a un vehículo rojo -lo que coincide con el modelo que conducía De Lacy-, conduciendo de forma errática y dubitativa. Según ha descrito, vio al coche asomarse a los acantilados para después dar marcha atrás y reincorporarse a la carretera. Estos momentos corresponderían a los instantes previos a que el coche de De Lacy se estrellara a 170 kilómetros por hora contra una caseta.
