Hace unas pocas semanas una cincuentena de científicos, investigadores y profesores universitarios han publicado una carta-manifiesto titulada: “Contra las pseudociencias y las artes mágicas”. En ella exponen su preocupación por la proliferación y auge en los últimos tiempos: “de las pseudociencias y terapias mágicas, más comúnmente conocidas como terapias alternativas o terapias complementarias”, que ponen riesgo la salud de los pacientes y la comunitaria, así como la economía de personas especialmente vulnerables.
Especifican entre las terapias y pseudociencias denunciadas: “la oposición al uso de vacunas, la homeopatía, las terapias que ponen a las emociones como origen de cualquier enfermedad (bioneuroemoción, biodescodificación…), dietas milagro como la alimentación anticáncer, la sustitución de fármacos por plantas medicinales, el reiki, y cualquier otra pseudoterapia no fundamentada en la ciencia y en la investigación biomédica”.
También plantean: “la especial preocupación que provoca el tratamiento que están haciendo algunos medios de comunicación sobre la validez de las pseudociencias mediante la publicación de artículos y noticias que equiparan el uso de estas pseudoterapias a los tratamientos basados en la ciencia y en la medicina”.
Denuncian: “una falta de proactividad en las agencias reguladoras y en los colegios profesionales para luchar contra esta lacra de curaciones milagrosas que pone en serio riesgo la salud y la vida de miles de enfermos en nuestro país”. Así como manifiestan “la preocupación por la intromisión y promoción de este tipo de pseudoterapias en los organismos públicos tales como universidades, institutos o ayuntamientos que, de forma recurrente, dan voz y amplifican los mensajes de las pseudociencias mediante la organización de charlas y cursos”.
Hacen hincapié en el hecho de que: “el uso de las terapias mágicas puede suponer el abandono de las terapias médicas establecidas, y puede poner en riesgo la salud de los individuos, agravando el curso de las enfermedades que padecen, e incluso pudiendo causar la muerte a los enfermos que deciden abandonar los tratamientos médicos contrastados por el uso de este tipo de curaciones milagrosas”.
Por todo ello: “denuncian la promoción de las terapias mágicas y de las pseudociencias, y solicitan”:
- “A los medios de comunicación: un tratamiento adecuado y serio de las noticias referentes a las cuestiones de salud, denunciando explícitamente el uso de las pseudociencias y sin establecer equidistancias con la ciencia y la medicina desarrolladas tras siglos de investigación”. También solicitan que: “las informaciones a publicar sean validadas por expertos en el campo, con el objetivo de hacer llegar a la población en general, y a los enfermos en particular, una información seria y veraz”.
- “A las agencias reguladoras y colegios profesionales: que persigan activamente la promoción y el uso de terapias mágicas y pseudociencias , y que tomen las medidas adecuadas recogidas en sus códigos deontológicos para perseguir la intromisión en sus actividades profesionales y pongan en conocimiento de las autoridades la mala práctica que conlleva el uso de pseudoterapias”.
- “A los organismos públicos: que no se hagan eco y no fomenten la promoción de las terapias mágicas mediante la organización o apoyo a actividades docentes relacionadas en sus instalaciones o mediante el uso de los medios e infraestructuras de los que disponen”.
La carta no puede ser más pertinente, puesto que estamos viviendo un auténtico “boom” de pseudoterapias y pseudociencias, publicitadas en muchas ocasiones por famosos y famosillos de la farándula y el pendoneo y amplificados por los medios de comunicación y por presentadores y presentadoras estrella, en muchas ocasiones con mal disimulados intereses crematísticos, con la aquiescencia de los grupos a los que pertenecen y la pasividad y omisión de las autoridades políticas y académicas y de los colegios profesionales.
La carta, y otras contra las pseudociencias y pseudoterapias, se puede firmar en
Change.org.