Asisto, estupefacta, al juicio a Javier Krahe acusado de blasfemia por un video casero grabado en 1977 en el que se cocina a un Cristo crucificado, el mismo día en que Rajoy apela a los Acuerdos con la Santa Sede de 1979 –y a su intención, con la que está cayendo, de no provocar más división social– para no cobrar el IBI a la Iglesia Católica mientras el PSOE despierta ahora de forma oportunista para abrir este frente, que podría y debería haber resuelto hace años, y desde la jerarquía eclesiástica se comete el grave error cristiano–y doy fe de que he leído los evangelios– de amenazar los fondos destinados a Cáritas. Con la que está cayendo también en el Vaticano, propia de una novela de intrigas palaciegas con mayordomo incluido...
Nos podemos remontar incluso a más décadas atrás cuando Krahe se resigna a exiliarse a Francia si es condenado y Aguirre evoca otros espíritus cuando alienta la suspensión de un partido de fútbol si hay pitidos contra el himno nacional. Ante tanto regreso ¿debería volver la peseta? Preguntémosles, si nos dejan, a los que "saben": a Rato y Fernández Ordónez, para empezar.