El pequeño comercio en Mallorca afronta importantes desafíos que amenazan su supervivencia y, por ende, la riqueza cultural y económica de nuestras ciudades. Estos establecimientos no sólo ofrecen productos y servicios, sino que también son -en muchos casos- custodios de tradiciones y promotores de la identidad local. Sin embargo, factores como la falta de cualificación personal, el aumento de los costes operativos y la competencia desleal de grandes superficies y plataformas en línea están poniendo en jaque su continuidad, según el diagnóstico realizado por la Confederación Balear de Comercio (CBC), recogidos por mallorcadiario.com.
Según los datos de esta entidad, el 44 por ciento de los comerciantes de las Islas identifica la escasez de personal como el principal obstáculo para el desarrollo del sector. El alto coste de vida en las islas y la temporalidad laboral dificultan la contratación y retención de empleados competentes. A ello se suma el aumento de los costes operativos, como los elevados precios del alquiler, la energía y el transporte, que erosionan los márgenes de beneficio de los pequeños comercios. Un 23,9 por ciento de los comerciantes destaca estos costes como un problema prioritario.
Otro tradicional problema del pequeño comercios es la competencia que suponen las grandes superficies y, muy especialmente, el auge del comercio electrónico. La presión para digitalizarse y competir con el comercio online representa un desafío que no todos los negocios pueden afrontar debido a la falta de recursos. Además, las grandes superficies ofrecen mejores accesos y estacionamientos, atrayendo a una clientela que, de otro modo, podría optar por el comercio local.
Más del 57 por ciento de los encuestados por la CBC afirma no haber percibido iniciativas de dinamización comercial en sus áreas, lo que refleja una carencia de apoyo de la administración para revitalizar el sector
A ello, la Confederación añade la falta de iniciativas institucionales en materia de dinamización comercial. Concretamente, más del 57 por ciento de los encuestados por la CBC afirma no haber percibido iniciativas de dinamización comercial en sus áreas, lo que refleja una carencia de apoyo de la administración para revitalizar el sector.
El pequeño comercio demanda soluciones que deberían pasar por el desarrollo de programas de formación y de retención de personal. Urge la implementación de programas que faciliten la formación de personal cualificado y ofrezcan incentivos para su retención, mitigando así el impacto del alto coste de vida en las islas.
También ayudaría la reducción de cargas fiscales y la adopcion de ayudas económicas. La implementación de políticas fiscales que alivian la carga económica de los pequeños comercios, junto con subvenciones para cubrir gastos operativos, podría mejorar su competitividad y sostenibilidad. De igual manera que debe haber un fomento de la digitalización, proporcionando recursos y formación para la adopción de tecnologías digitales que permitan a los pequeños comercios competir en igualdad de condiciones con las plataformas en línea, ampliando su alcance y mejorando su eficiencia operativa.