Estos días he estado en Madrid una ciudad que conozco muy bien puesto que viví ahí desde 1997 hasta el 2006. Recuerdo que cuando llegué Chueca estaba en pleno auge, era un barrio que había pasado de la más absoluta degradación a ser el barrio de moda del momento, toda la vida gay transcurría ahí. No sólo abundaban locales de copas y discotecas si no que abrían incluso restaurantes, librerías, tiendas de ropa, inmobiliarias, hostales y muchos más tipos de negocios enfocados al público LGTBI.
Casi 20 años más tarde las cosas han cambiado. Chueca ya no es el único reducto gay de Madrid, la normalización ha traído que abran negocios dedicados a homosexuales en otros barrios y que los heterosexuales consideren ya como suyo todo aquello. Primero fue Malasaña donde empezaron a ir las modernas y alternativas que repudiaban el aburguesamiento y elitismo que tenía Chueca en sus mejores momentos y en la actualidad el nuevo barrio de moda es Lavapies que está atrayendo a los que reniegan de Chueca e incluso de Malasaña. De hecho la "heterosexualización" de Chueca ha coincidido con el repunte de agresiones en el barrio y ante todo ello la elección de muchos es cambiar de zona para salir, cenar o dar un simple paseo sin miedo.
Es curioso como en Chueca se mantienen locales clásicos como el Black & White, el Polana que se ha heterosexualizado, el Why Not o la librería Berkana pero las nuevas discotecas de moda como el Baila Cariño, Mordisko o el Kluster están en Santa Engracia, Lavapiés o por la Glorieta de Bilbao. La calle Fuencarral antaño repleta de tiendas de ropa alternativa y de diseños imposibles hoy es una calle peatonal más de Madrid con franquicias de multinacionales de ropa que puedes encontrar en cualquier otro barrio de la ciudad y para más inri el pasado año cerró el Mercado de Fuencarral que fue durante casi 20 años el epicentro de la moda más alternativa e innovadora de Madrid.
Nada volverá a ser como antes en Chueca, ni en el Gayxample de Barcelona o Gomila en Palma. Una de las consecuencias de la normalización del movimiento LGTBI es la desaparición progresiva y paulatina de los barrios gays que nos sirvieron como refugio y vía escapatoria durante tantos años. Fue bonito mientras duró y siempre nos quedarán los recuerdos de haber vivido momentos históricos. ¡Chueca ha muerto...VIVA Chueca!