La dirección del Poliesportiu Son Hugo, respaldado por el Ayuntamiento de Palma, ha decidido poner fin a la presencia de autocaravanas en su aparcamiento, alrededor de una treintena de forma permanente. Este enclave municipal es uno de los escogidos por los usuarios de estos vehículos y de algunos otros (hay incluso un autocar) para usarlo como vivienda habitual, ante la imposibilidad económica de acceder a una vivienda convencional dada la carestía del alquiler en Palma.
En los últimos tiempos se han multiplicado quienes deciden vivir en una autocaravana o en una furgoneta camperizada, como solución habitacional más o menos temporal. Pero su instalación en zonas próximas a viviendas, como sucede en Ciudad Jardín, genera quejas vecinales y problemas de convivencia, algo que no sucede en Son Hugo, donde no hay pisos ni casas en las proximidades.
Pese a eso, el Ayuntamiento de Palma no los quiere allí. La Policía Local les ha informado de que deben desalojar el aparcamiento antes del día 8 de mayo pues de lo contrario, serán sancionados e incluso la grúa municipal podría retirar los vehículos. Desde Cort se aduce que las ordenanzas municipales prohíben el estacionamiento en un mismo lugar durante más de diez días. Pero no se les ofrece ninguna alternativa y los caravanistas no van a desaparecer, sino únicamente a desplazarse a otro lugar, que probablemente sea más inconveniente y menos adecuado que un aparcamiento que normalmente suele estar vacío y donde no hay vecinos en las proximidades.
Las administraciones hacen oídos sordos a las demandas de los usuarios de caravanas de facilitarles una ubicación donde poder dejar estos vehículos, donde proveerse de servicios. Ante la inexistencia de un camping autorizado, los caravanistas tienen que buscarse la vida. Si su vida ya es difícil de por sí, ahora lo es aún más. Pero lamentablemente, no estamos ante un fenómeno que vaya a desaparecer, sino que probablemente vaya a más.
