Como todos los años, coincidiendo con esta jornada, la junta balear de la Asociación Española contra el Cáncer y el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Baleares (COFIB) han habilitado en Palma una carpa informativa destinada a informar a los ciudadanos sobre los riesgos de la exposición solar y las fórmulas para prevenir posibles futuras patologías.
En este espacio, instalado en la confluencia entre la calle Sant Miquel y la plaza de la Porta Pintada, farmacéuticos y voluntarios han divulgado consejos y recomendaciones sobre protección solar y control de los síntomas característicos que pudieran hacerlos alertar sobre el desarrollo de un posible melanoma u otros tipos de cáncer cutáneo.
"CUIDADO CON EL SOL: LA PIEL TIENE MEMORIA"
La farmacéutica titulada Fanny Pons participa en todas las ediciones de esta iniciativa de sensibilización organizada conjuntamente por el COFIB y la asociación contra el cáncer, cuyos presidentes, Antoni Real y José Reyes, han estado también presentes en la carpa, por la que han desfilado cientos de personas a lo largo de la jornada, muchas de ellas estudiantes de diferentes institutos de la isla.
De hecho, según la doctora Pons, resulta especialmente necesario "divulgar este tipo de información entre la gente más joven, porque no hay que perder de vista que la piel tiene siempre memoria y, más tarde o más temprano, una sobreexposición al sol puede conllevar efectos indeseables si no se adoptan las oportunas medidas de protección".
Sin embargo, como ha subrayado la farmacéutica, esta actitud de precaución "no debe suponer, ni mucho menos, que se renuncie a tomar el sol, sobre todo en Mallorca, donde es uno de nuestros grandes e intransferibles patrimonios". La cuestión es, tal como explica la doctora Pons, "hacerlo con prudencia, con mesura, con moderación, sabiendo elegir las horas en que la exposición resulta menos peligrosa para nuestra piel".
HORAS DE MÁXIMO PELIGRO
En este sentido, los expertos recomiendan que no se tome el sol en los momentos del día en que su intensidad es mayor, concretamente entre las 12 del mediodía y las seis de la tarde. Al mismo tiempo, es imprescindible utilizar una adecuada fotoprotección y llevar ropa adecuada si se realizan actividades al aire libre. Y esta es, como advierte la doctora, "una observación que se ha de tener siempre presente, incluso en los días nublados".
También es importante que la aplicación del producto fotoprotector se lleve a cabo en las condiciones adecuadas, es decir, al menos media hora antes de la exposición solar, y que se renueve cada dos horas. "Hay personas que piensan equivocadamente que basta con extender una capa de crema solar sobre el cuerpo y ya con esto tienen la protección asegurada. Ni mucho menos es así. Hay que tener en cuenta los momentos en qué la aplicación debe efectuarse, y cada cuánto tiempo se ha de añadir más cantidad de producto".
HAY QUE CAMBIAR DE FOTOPROTECTOR DE UN AÑO PARA OTRO
Al mismo tiempo, no es aconsejable utilizar el mismo fotoprotector de un año para otro. Aunque se trate de un artículo caro, al menos si el comprador prefiere gastar algo más de dinero para asegurarse la protección de un buen producto, la realidad es que el fotoprotector pierde eficacia en cuanto se abre el tubo o la caja que contiene el líquido o la crema de protección.
Estamos hablando, por supuesto, de consejos dirigidos a la población en general. Si nos adentramos en el caso de colectivos especiales, las normas sobre exposición al sol han de ser todavía más restrictivas, particularmente si se trata de menores, mujeres embarazadas o ancianos.
Estos colectivos precisan de una protección superior para prevenir cualquier tipo de riesgo o peligro. Esto mismo cabe apuntar si se trata de personas que ingieren determinados medicamentos que pueden incrementar la sensibilidad a los rayos ultravioleta.
VESTIMENTA APROPIADA, GAFAS DE SOL Y GORRA
La vestimenta es otro aspecto crucial a la hora de hacer referencia a la protección solar. Fanny Pons comenta al respecto que "no podemos ir a la playa o a un espacio abierto, en un día muy soleado, vestidos como si no hubiéramos salido de casa. Escoger la ropa adecuada es muy importante, así como utilizar gafas de sol homologadas, gorra y fotoprotector labial".
En esta línea, una vez que nos hemos 'sumergido' en un baño de sol, la piel ha de hidratarse convenientemente, bebiendo la necesaria cantidad de agua para compensar la pérdida provocada por la sudoración. Y otra cuestión esencial, como explica la farmacéutica, consiste en "no atribuir a las cremas bronceadoras efectos de protección frente a la exposición solar de las que, en realidad, carecen. Es importante hablar claro al respecto: estas cremas no protegen del sol, y quien piense que habrá completado un proceso efectivo de prevención porque se ha aplicado uno de estos productos, se equivoca completamente. Igualmente, cuando se utiliza el líquido protector, no hemos de limitarnos a las partes del cuerpo más recurrentes. Hay que aplicarlo también a otras zonas más escondidas, como detrás de las orejas, los pies o la nariz".
MELANOMA Y CÁNCER DE PIEL
Todas estas preocupaciones son necesarias para prevenir las diferentes enfermedades que la exposición solar excesiva puede originar en la piel. Entre estas patologías, la más preocupante es el melanoma. Ciertamente, es el tipo de cáncer cutáneo con menor incidencia, pero también el más mortífero. De hecho, a lo largo de los últimos años, el número de diagnósticos ha aumentado de forma considerable.
El melanoma puede afectar a cualquier persona, pero se han descrito una serie de características que favorecen su aparición. Una de ellas es tener una piel y unos ojos de color claro, dado que estas particularidades dificultan un bronceado efectivo.
FACTORES DE RIESGO
Las posibilidades de desarrollar un proceso de melanoma también corren parejas a los antecedentes familiares, así como a una configuración cutánea que favorece el surgimiento de lunares (si son más de 50/60 hay motivos para consultar el caso con el especialista), la 'memoria' de la piel en relación a la infancia y la adolescencia (especial cuidado han de tener los adultos que, durante sus edades más precoces, sufrieron episodios de quemaduras solares), y, finalmente, la edad.
Los últimos datos ponen de manifiesto que es a partir de los 50 años es cuando el melanoma, u otros tipos de cáncer de piel, tienden a aparecer, aunque, por supuesto, puedn hacerlo en momentos mucho más tempranos de la vida y ningún sector demográfico está exento de riesgo.
CRECIMIENTO DESCONTROLADO
Ahora bien, ¿en qué consiste el proceso que desencadena un cáncer de piel? Como ocurre con otras patologías oncológicas, el origen reside en la división y el crecimiento descontrolado de las céulas, existiendo la posibilidad de que esa proliferación llegue a invadir los tejidos y estructuras del resto del cuerpo, incluso los que se hallan a una mayor distancia.
Además del melanoma, el otro gran grupo de cáncer de piel son los carcinomas. Tanto en un caso como en otro, el principal factor de riesgo son las radiaciones solares, especialmente las de tipo B (UVB) y A (UVA).
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