La situación económica a la que nos han llevado los codiciosos gestores de la banca, junto con gobiernos manirrotos que han derrochado miles de millones de euros en proyectos absurdos -el del último Pacte, con tranvías, trenes-tram, palacios de congresos y escuelas infantiles ruinosas, entre otros ejemplos- no sólo no mejora, sino que merced a una desnortada y errática gestión pública de lo económico, ejemplo de improvisación permanente, empeora por momentos.
Ya no nos sirve el argumento de la herencia recibida, aunque tampoco nos consuelan los reproches hipócritas y de bajo nivel de la oposición. El barómetro social indica que PP y PSOE suspenden y, además, consolidan una tendencia descendente. No son creíbles, no inspiran ninguna confianza a los ciudadanos.
No podría ser de otra manera. Tras un breve período en que parecía que el Govern iba a enjugar, lenta pero progresivamente, las deudas con sus acreedores, volvemos a la posición de salida del mes de julio del año pasado. Las farmacias acumulan un crédito de 84 millones de euros contra el ejecutivo y los colegios concertados -que parecían haber estabilizado su deuda en unas tres o cuatro mensualidades- ya vuelven a los seis meses, eso sin contar con el coste de las sustituciones de profesorado que se les adeuda desde 2010. En total, 11 millones de euros, y el taxímetro sigue corriendo. Insostenible, porque al contrario de lo que ocurre con las farmacias -que pueden exigir el pago de medicamentos a sus clientes-, los colegios concertados están legalmente obligados a prestar la enseñanza reglada de forma gratuita -no los servicios ni otras actividades, afortunadamente. Además, no se puede pedir más esfuerzos ni contribuciones voluntarias a las familias, porque en muchos casos están siendo duramente golpeadas por la crisis.
Probablemente, este mes de junio el personal de esos centros no va a poder cobrar su paga extra y veremos qué ocurre con la nómina del mes.
A todo esto, ni una llamada, ni una explicación o aviso de ningún responsable público. Al President sólo se le oye hablar de vaguedades y defenderse de sus problemas personales. Aguiló debe de estar muy ocupado cuadrando la contabilidad. El resto calla.
Por primera vez en la historia de este país, el próximo mes de septiembre puede que los colegios no puedan empezar su actividad, y no como medida de protesta -no se confundan-, sino por fuerza mayor o ruina económica que imposibilite pagar servicios y suministros esenciales. No olvidemos que en julio y agosto no hay aportaciones de las familias.
En este contexto, me sorprende que el Govern, primero, anuncie querellas y descuentos a los médicos por valor de setenta y pico millones de euros y, luego, rectifique diciendo que va a cumplir la famosa sentencia pero no va a descontar nada a los médicos. Ignoro cómo se pueden hacer círculos cuadrados, pero lo que me inquieta es pensar si las farmacias y los colegios no estarán pagando por anticipado el coste de la famosa sentencia para tratar de evitar una huelga en la sanidad.