Según la previsión que maneja el Govern de les Illes Balears, la economía de nuestra comunidad autónoma crecerá un 3% en 2016. Así pues la economía balear crecerá a un ritmo previo a la crisis, lo que permitirá afianzar la recuperación económica y del empleo. Las cifras que maneja el Govern están impulsadas por el aumento del turismo nacional un 8% durante el año pasado.
La crisis queda atrás y es muy curioso que lo que hace 6 meses eran previsiones irreales del Ejecutivo del PP, ahora se trata de un “momento económico de clara recuperación económica que se va consolidando tanto en términos macroeconómicos como laborales”. El Govern de izquierdas ha obrado el milagro y ha transformado las cifras negativas e irreales en datos excelentes en tan solo 6 meses al frente del Ejecutivo. Ahora estamos en un buen momento económico y eso es algo que merece la pena celebrar.
Pero como ayer mismo reconocieron en Fitur tanto la presidenta Armengol como el vicepresidente Barceló, la buena marcha de la economía balear se debe absolutamente al turismo. Al buen hacer y la profesionalidad de muchos empresarios y profesionales del sector turístico que han conseguido hacer de esta industria el auténtico motor económico no solo de Balears sino del conjunto de España.
De ahí que sea difícil de comprender el afán intervencionista del Govern en un sector que funciona, genera riqueza y puestos de trabajo, se ha reinventado, ha apostado por la modernización de sus infraestructuras con una inversión récord en otros sectores como la construcción (y sin consumir territorio) y es pionera modelo a seguir en muchas otras partes del mundo.
Justamente porque el turismo en Balears funciona, el Govern debe escuchar a los agentes turísticos y dejarse de maniobras unilaterales como la modificación de la Ley General de Turismo o el impuesto de turismo sostenible (la ecotasa). El Ejecutivo debe escuchar a quienes auténticamente saben de este negocio, los más destacados de los cuales están en Fitur y se manifiestan contrarios a gravar con nuevos impuestos la actividad turística. Es muy contradictorio que el Govern diga que el turismo funciona espléndidamente en nuestra comunidad y por otro lado adopte medidas unilaterales en contra del sector, de resultados inciertos en la industria turística. No tiene ningún sentido y menos aún cuando nadie sabe a qué se va a dedicar el dinero que se recaude. Cuando algo funciona a nadie se le ocurre manosearlo, porque lo más fácil es que lo acabe estropeando. Esperemos que no sea el caso.
