Las emisiones brutas de gases de efecto invernadero bajaron un 8,6 % en Baleares entre 2018 y 2019, últimos datos consolidados disponibles, con 8,6 Mt CO2 según el observatorio de emisiones de SEO/BirdLife.
La entidad conservacionista ha dado a conocer esta semana un portal de internet con un observatorio climático que permite ver la evolución de los gases de efecto invernadero en España, coincidiendo con la cumbre del clima, y ha advertido del retraso de las comunidades autónomas en su combate contra el cambio climático.
Asegura que ha habido un descenso significativo de las emisiones de gases de efecto invernadero en 2020 en España, de un 13,7 % en 2020 respecto a 2019, hasta las 271,5 Mt CO2-eq (emisiones brutas totales), por debajo por primera vez de los niveles de 1990, por el impacto de la covid-19, sumado al incremento de la generación eléctrica con fuentes renovables y la caída en el uso del carbón.
Sólo nueve autonomías redujeron emisiones entre 2018 y 2019, último año con datos consolidados.
Según la entidad, los análisis comparativos desvelan cuestiones como el impacto de la despoblación, la excesiva centralización de la generación energética en el país y los avances desacompasados en descarbonización.
En cuanto a emisiones brutas de gases de efecto invernadero, Baleares es la cuarta con menos, con 8.619, solo por encima de La Rioja (2.411), Cantabria (6.199) y Navarra (7.075).
Al relacionar emisiones y superficie Baleares se sitúa entre las inferiores, con 1,72 kt CO2-eq por kilómetros cuadrado. Al comparar las emisiones en función de la superficie territorial, se aprecia la concentración de población de Melilla (41,9 kt CO2-eq/km2) y Ceuta (19,7 kt CO2-eq/km2) o la dispersión de Extremadura y Castilla La Mancha (0,2 kt CO2-eq/km2, ambas), Castilla y León y Aragón (0,3 kt CO2-eq/km2, las dos) o Andalucía (0,5 kt CO2-eq/km2).
En cuanto a la relación entre emisiones y habitante, en Baleares es de 7,14 CO2-eq por habitante. Los datos entre comunidades reflejan realidades dispares, desde el peso que, hasta la fecha, habían tenido regiones como Asturias (19,3 kt CO2-eq/hab.) o Aragón (11,4 kt CO2-eq/hab.) hasta la concentración de la población en núcleos urbanos en la Comunidad de Madrid (3,3 ) y Catalunya (5,8).
Otra variable que ayudan a contextualizar la posición de partida y el potencial de contribución de cada región a la descarbonización, teniendo en cuenta su territorio es la generación renovable producida en 2020 en cada comunidad, respecto del total de ese, que fue récord en generación renovable, superando el 45 % del total.
Despunta Castilla y León con el 20 % de generación renovable sobre el total, Galicia con el 16,8 % y Andalucía con el 13 %. Baleares fue la que menos, con el 0,2 % del total, según datos de REE.
SEO/BirdLife destaca que las comunidades y ciudades autónomas tienen competencias transferidas en los sectores más emisores en España como son transporte y movilidad, industria, agricultura y también en cuanto a planificación del despliegue renovable en el país, dado que se encargan de pasos clave como el impacto ambiental de gran parte de los proyectos.
El propio Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) 2021-2030 y la Estrategia de Descarbonización a Largo Plazo 2050, los dos principales instrumentos para que España sea neutra en emisiones en 2050 y cumpla con el Acuerdo de París, cuentan con las comunidades y ciudades autónomas para el desarrollo de buena parte de sus acciones.
Según la entidad, solo cuatro comunidades cuentan con ley sobre cambio climático, Catalunya, Andalucía, Illes Balears e Islas Canarias, todas ellas anteriores a la ley nacional aprobada el pasado mes de mayo.
Otras seis regiones trabajan en un texto -Aragón, Comunitat Valenciana, La Rioja, Navarra, Euskadi y Castilla y León), mientras que las nueve restantes (incluidas las dos ciudades autonómicas) no han manifestado intención, por el momento, de desarrollarla.
Todavía hay siete regiones que no cuentan con planificación autonómica específica en materia de clima y energía con objetivos específicos a 2030.