Ser autónomo en España es, sin duda, una profesión de riesgo. Si se fracasa, lo pierdes todo y si tienes éxito, la mitad se lo queda Hacienda. El Gobierno ha anunciado, para el debate público, su propuesta para un nuevo sistema de cotización para los autónomos basado en los ingresos reales, y que se aplicaría a partir de 2023. El plan propuesto divide las cotizaciones de los autónomos en 13 tramos, y según sus rendimientos, desde los que ganen menos de 600 euros al mes, a aquellos que superen los 4.050 euros. Con el modelo ideado, quien ingrese más de 4.000 euros al mes deberá pagar más de 1.200 euros de cuota fija. Y, por poner un ejemplo medio, un autónomo que tenga un rendimiento neto superior a 1.125€/mes puede pagar 700 euros más al año en cotizaciones a partir de 2023.
El Gobierno sabe que la evolución del mercado laboral indica una tendencia al incremento de los trabajadores por cuenta propia en los próximos años y no quiere desaprovechar la oportunidad de hacer caja. No es de extrañar que nuestro país se sitúe siempre a la cabeza del porcentaje de parados en la Unión Europea, porque en lugar de fomentar el autoempleo o rebajar las cotizaciones y obligaciones laborales de las empresas, se avanza a la inversa, poniendo más trabas e incrementando los impuestos que afectan directamente a la creación de empleo y, por lo tanto, al impulso económico y social.
Aunque ser autónomo también tenga sus desventajas estructurales en la mayoría de los países de nuestro entorno en comparación con los trabajadores por cuenta propia, el autoempleo encuentra en muchos de ellos más ventajas y, sobre todo, menos obligaciones económicas. La lista de los mejores países europeos para ser trabajador autónomo la encabeza Dinamarca. Puedes darte de alta como autónomo de forma online, y registrarse es gratis. No se pagan cuotas mensuales de autónomo, ya que el pago de impuestos va en función de las ganancias, entre el 25 y el 50%.
Portugal también es un muy buen lugar para ser autónomo. Un trabajador luso por cuenta propia no ha de pagar cuotas mensuales. Tampoco es obligatorio que abone el IVA. En Italia tampoco existe una cuota fija mensual. Los trabajadores autónomos, por tanto, no pagan una cantidad fija, solo el impuesto de la renta en función de sus ingresos, según la Seguridad Social. En Holanda, los autónomos holandeses afrontan una cuota fija de 50 euros. Eso sí, se trata de una ¡cuota anual!, no mensual.
El XIII Barómetro de la Asociación de Autónomos (ATA) publicado en diciembre concluía que dos de cada tres autónomos aún no se han recuperado de la crisis provocado por el coronavirus y la mitad no cree que vaya a hacerlo tampoco en este 2022. El documento también destaca que, entre quienes aún no se han recuperado, seis de cada diez experimentan una caída de la facturación por encima del 50% respecto a la que registraban en marzo de 2020, el mes en el que se decretó el confinamiento. Además, el 30,2% no descarta tener que cerrar su negocio. Casi la mitad de los encuestados (un 47,2%) no cree que la recuperación vaya a llegar en algún momento de este 2022, sino que se retrasará hasta 2023 y un 11,2% se va hasta 2024 en sus previsiones.
En esta tesitura, no parece, por lo tanto, ni sensato ni entendible que el Gobierno plantee un aumento de las cotizaciones de los autónomos en nuestro país a partir de 2023, pero ya sabemos que, por desgracia en más ocasiones de las deseadas, la sensatez y lo razonable no suelen guiar las decisiones de nuestros políticos. Queda
esperar que, en este caso, se rectifique y no se cometa un nuevo atropello a todos aquellos autónomos que en España son más de 3 millones y que, con su trabajo, su emprendimiento, sus ilusiones y sus proyectos diarios sostienen el nervio económico y social del país.