La secretaria general del PSIB, Francina Armengol, no sólo se mantiene en su postura inicial de no favorecer un nuevo gobierno con Rajoy, si no que incluso ha radicalizado aún más su posición a pesar de las potentes voces de históricos socialistas del PSOE que estos últimos días han abogado por dejar gobernar al candidato del PP.
En los círculos cercanos a Armengol insisten en que no hay cambios orgánicos para que la baronesa socialista vuelva a pronunciarse sobre una postura que en Balears está más que clara. Tan nítida que no están dispuestos a ceder un ápice para dar aire a un Mariano Rajoy que hasta el momento ha conseguido entreabrir una puerta muy condicionada del partido de Albert Rivera.
"El PSOE no puede abstenerse. Tiene que votar que no", insisten quienes rodean a la fiel defensora de un gobierno estatal a la balear o la valencina, concentrando todas las fuerzas progresistas de izquierda. Una concentración que para llegar a la suma necesaria para formar gobierno, tendría que incluir también a los nacionalistas e independentistas catalanes. Y ahí es dónde la postura de la baronesa balear tiene su mayor escollo porque el gran granero de los votos socialistas que es Andalucía no está por la labor casi ni tan siquiera de cruzar palabras de cortesía. Los últimos gestos de Catalunya han polarizado aún más si cabe las posiciones.
La andaluza Susana Díaz y otros barones autonómicos socialistas como el presidente de Aragón, Javier Lambán, ya han manifestado abiertamente que hay ciertas líneas que el Partido Socialista Obrero Español no debe pasar.
