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Aniquilación psicológica (IV)

miércoles 25 de febrero de 2015, 13:19h

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El perfil de las víctimas no tienen porqué ser siempre personas débiles o diferentes, son personas brillantes y de éxito, personas vulnerables por alguna peculiaridad o defectos, personas con rasgos de debilidad y dependencia, personas eficaces que ponen en evidencia lo establecido y que son inconformistas y reformadores.

Suelen ser trabajadores capacitados profesionalmente creativos, innovadores, defensores de los derechos y justicia., inclasificables, resistentes al “formateo, responsables y exigentes en su trabajo, sin respaldo grupal (minado por el agresor), con criterio propio y autonomía .En fin personas sensibles y personas confiadas que actúan de buena fe.

Es decir buena gente.

¿Por que es difícil el afrontamiento?: por temor  a la incomprensión y a una aún mayor intensidad de la agresión, por temor a la ruina profesional, a la no empleabilidad futura (“re-mobbing”) ,  por sentimiento de culpa, por autoestima atacada, sentimiento de impotencia, temor a la reviviscencia traumática ,por personalidad no confrontativa, poco asertiva, por desconfianza de la respuesta institucional, por necesidad económica imperiosa y por falta de apoyos que aumentan la sensación de soledad e indefensión.

Puede haber una primera fase  de intervención positiva  de la dirección: suelen realizar una investigación pormenorizada de lo ocurrido, cambio de puesto de trabajo al acosado, descubrimiento de los mecanismos de la estrategia, sanción al hostigador y  puesta en marcha de mecanismos preventivos.

O bien,  con  demasiada frecuencia una  primera  fase negativa: el departamento de RRHH. , o la dirección de personal se suma al entorno acosador: Niegan el caso, no identifican el verdadero origen del problema y tienen en cuenta su imagen preconcebida y tergiversada. “como vamos a desautorizar al jefe, los jefes son parte del organigrama directivo, los otros jefes lo apoyan etc.… “

Al fracasar las medidas adoptadas hay una segunda fase de solicitud de ayuda externa especializada. Se busca ayuda en expertos de salud mental que a veces se centran en las características personales de la víctima y no identifican el problema específico.  Y muchas veces la víctima recorre un circuito por diferentes especialistas. “se buscan abogados de otras comunidades, se afilian a otro sindicato etc.,”.

Y desgraciadamente hay una tercera fase de exclusión o salida de la organización. En la administración pública: se solicitan cambios de puesto o destino o bajas prolongadas y en las empresas privadas: el acosado continúa en su puesto con el agravamiento tanto de su situación laboral, familiar, social e incluso de ocio.

No es inhabitual largos periodos de baja laboral, con tratamientos antidepresivos, hipnóticos  y ansiolíticos.  En ocasiones las personas realizan ingesta excesiva de alcohol y de otros toxicos. La afectación es personal  y familiar. 

-¿Qué me pasa doctor? ¿Es grave?

-Todavía, no, pero…

-¿…?

-La sociedad ha enloquecido. Usted que sufre acoso lo ignora y calla. Su acosador ni siente culpa ni va a cambiar. Y sus compañeros no ven, no oyen, no sienten, se muestran ajenos e indiferentes.

-Entonces ¿me curaré?

-Bien, tengo que pronunciarme y tomaré prestadas las palabras de Miguel Delibes: “La civilización nos ha llenado el estómago y vaciado el corazón”.

La preguntaban  al famoso neurocientífico español  Joaquín Fuster. ¿Qué hemos hecho mal por el camino? Idealizar el yo. Somos una colección de egoístas codiciosos que no tenemos en cuenta las necesidades de los demás, entre las cuales las esenciales son el amor y la filiación. Entonces en muchos sentidos nos estamos suicidando evolutivamente. Las virtudes evolutivas son, entre otras, la confianza y la cohesión del grupo.

Recuerden que aun, aquí y ahora   que ni estamos en derrota y mucho menos en doma
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